Tal vez la imagen frente a sus ojos sería atractivamente fatal para cualquier persona que la presenciara, sin importar sexo o religión. Era increíble como el ver su cuerpo tensarse de esa manera podía remover las costumbres y prohibiciones que tan inculcadas tenía. De verdad lo intentaba, pero Yazmón no podía, simplemente no podía mirar como una hermana a Lauren, ella era realmente atractiva, simpática y autentica.
Negó con la cabeza mirándola desde la puerta, debía prometerle a Allah que sería una buena mujer, digna de un esposo a futuro y convertirse en el orgullo de sus padres.
Lauren se encontraba recostada en la cama, su respiración era agitada, quejumbrosa cual enferma que se rendía ante el dolor. Solo llevaba un short y un top, dejando al descubierto su marcado abdomen. Tenía las sabanas desordenadas, trataba en lo posible que el aire le entrara, jadeaba, se quejaba y un leve resoplido brotaba de sus labios y era obvio que estaba enferma.
Jazmín no se atrevió a acercarse, no era correcto, así que dejo lo que traía en un mueble y partió a buscar a su padre. Tan rápido como sus pies le dieron a vasto, subió la escalera y con la cabeza inclinada hacia abajo le comunicó a Rashid lo que a su hija de intercambio le sucedía.
La salud y bienestar de la extranjera era su responsabilidad, en caso de cualquier cosa debía brindarle apoyo y auxilio, así que Rashid llamó a una de las empleadas de casa que sabía tanto como una enfermera o doctor.
Al entrar y correr la cortina que jugaba papel de puerta, la vieron allí, empapada, emanando calor, con el brazo sobre la cara para tapar la luz que entraba por la ventana. No permitieron que nadie mas que el y la empleada entraran, y le colocaron un termómetro bajo el brazo, en la axila.
—Lauren, ¿puedes entenderme? ¿cómo te sientes? —Rashid le tocó con cuidado su frente antes de hablar.
La ojiverde apenas sintió el tacto abrió los ojos, intentando mirarlo.
—Me duele el pecho y la cabeza —su respiración estaba entrecortada.
—Señor Musalem —la empleada le sacó el termómetro— esta chica tiene fiebre —miró hacia todas partes— iré a buscar agua fría y algunos paños para bajarle la temperatura mientras le diré a las cocineras que preparen algo para ella.
—No entiendo que pasa, si estaba muy bien.
—Es probable que haya sufrido un fuerte cambio de temperatura o el ambiente distinto le terminó afectando —cubrió con las sabanas su cuerpo hasta su cadera.
...
La hora del almuerzo había llegado. Temerosa como si hubiese cometido un crimen, Camila se acercó a la mesa y se sentó al lado de Halima, su ummi, quien había preparado arroz con pasas y almendras lo que le fascinaba a todos, especialmente a su hija de intercambio.
Halima miró a Rashid en busca de una respuesta pero él negó con la cabeza. Lauren no podía comer cosas sólidas porque no se le veía nada bien y era probable que su estómago estuviese bastante débil, así que pidió que le preparan alguna sopa.
Camila entrecerró los ojos, ¿su guardaespaldas estaba débil? Esto era extraño y le podía traer problemas.
—Baba, ¿qué le pasa a nuestra hermano?
—Tiene fiebre, sí de aquí a mañana mejora, la llevaremos al hospital. Deben ser los grandes cambios de temperatura, alguna situación emocional, no lo sé... —le tenía cariño a esa chica, era agradable y respetuosa con sus cercanos—. No podrás salir mientras no estés acompañada de alguien de confianza, fue una petición de Azhaar y como tu madre está ocupada con la tienda y tu hermana está enferma, es preferible que hagas las clases de danza en la casa.
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『 Harām 』─ {Camren}
FanfictionLauren Jauregui nunca tuvo elección: Hija de narcotraficantes encarcelados y criada en un internado desde los diez años, creció entre la rebeldía y la soledad, ganándose una reputación de alumna imposible de corregir. En un último intento por reform...
