—¡¿Quién le ha dado el permiso a esa empleada de opinar así de nuestra religión?! —Alí estaba indignado mientras comía en la mesa. El almuerzo se había preparado y todos estaban allí, sentados tratando de disimular la incomodidad provocada por los dichos del anciano. Samir apretó el tenedor y se armó de valor para mirarlo cara a cara.
—Yadd (abuelo), Lauren no es una empleada, es mi "hermana" —Samir la consideraba como miembro de la familia, una hermana postiza si se le podía decir de esa forma.
—¿Qué dices?
—Lauren es una chica que viene de Estados Unidos por el programa de intercambio al cual me he sumado. Es una experiencia cultural.
Camila observaba detenidamente a cada persona en la mesa y por un momento sintió un vacío. ¿Era justo que la extranjera tuviese que esperar a que ellos terminasen la comida para luego poder comer? Estaba más que claro que estaba acatando las órdenes de Rashid para no armar conflictos con su padre y eso le pareció un gesto amable. No es que mágicamente la barrera del idioma y el rechazo que había entre las dos se fuera a esfumar pero no podía pasar por alto la valentía que tuvo por defenderlas. ¿Sería acaso porque le gustaba Yazmín? Negó con la cabeza asustada por esa idea, ¿su hermana con una...una mujer?
.........
Estaba agachada, con un paño en la mano limpiando su preciada moto. El estómago le sonaba a la vez que un intenso dolor crecía en su interior. Tenía hambre pero no quería incomodar ni meter en problemas al Sr. Musalem por su presencia. De pronto dejó la tela amarilla en el suelo porque con una sonrisa, Nicholas se acercaba. Traía algo en sus manos, algo verdaderamente delicioso porque el aroma que emanaba le aumentaba el dolor de estómago, suplicándole comer algo o sino se desmayaría.
—Supuse que tendrías hambre así que traje comida en esta bandeja, para ambos —se sentaron en unas cómodas bancas de los jardines interiores mientras a Lauren los ojos le brillaban impresionados por los alimentos en el plato—. A las cocineras les gusta hacer todo minuciosamente —la ojiverde tomó un trozo de pan y lo devoró en un instante como si en cientos de años no hubiese ingerido comida—. Me contaron que...—tragó el arroz y las pasas— que enfrentaste con respeto al vejete ese. Te dije que eras rebelde.
—Es un tipo desagradable a simple vista, y no me gustan las injusticias. Shukran por la comida, no iba a sobrevivir más de 3 minutos sin comer.
—¿Te has dado cuenta que estás utilizando ya algunas palabras árabes cuando hablas? Así empecé yo cuando llegué, después verás que la misma necesidad te hará poner más atención cuando te hablen y escuchar la pronunciación correcta —a la ojiverde se le oscureció la mirada y negó con la cabeza recordando su tormento—. ¿Qué le dijiste el vejete ese?
Lauren recordó el momento y se lo contó con detalles, luego de eso se llevó un vaso de jugo a la boca para disminuir la sequedad de los labios. Sabía que su cuerpo aumentaría de temperatura si evocaba las imágenes de las hermanas Musalem al bailar, y tal vez no por Yazmín, tal vez la imagen más atormentadora era la "salvaje morena" mientras sostenía su cabello y la miraba desde el suelo. ¿En que estaba pensando? En su adolescencia no tenía mucho interés en fijarse en las chicas, en J.Polk la trataban de mala forma y eso había creado una barrera para acercase a ellas. Rascó su mentón y sonrió con miedo a ese despertar. ¿Sabría que le traería problemas ser atraída hacia lo prohibido?
—Debo irme, retiraré los platos de esa mesa pero recuerda, si necesito a alguien para insultar al anciano te pediré ayuda —sostuvo la bandeja de ambos mientras se iba riendo.
—Que lo hice con respeto, imbécil —sonrió. En poco tiempo se había creado confianza para tratarse de cierta forma. ¿Sería extraño decir que jamás en su vida tuvo amigos? Meneó el rostro para cambiar esa afirmación. Claro que tiene amigos, el profesor Carlos Springer, su hermanito y Nicholas el británico.
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『 Harām 』─ {Camren}
Fiksi PenggemarLauren Jauregui nunca tuvo elección: Hija de narcotraficantes encarcelados y criada en un internado desde los diez años, creció entre la rebeldía y la soledad, ganándose una reputación de alumna imposible de corregir. En un último intento por reform...
