08 - 'Deseo'

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— Gracias por el almuerzo, estuvo muy bueno — dije mientras caminaba a la puerta de aquella casa con ambas manos en mis bolsillos.

— Si para el mes que viene no tienes empleo aún, hablaré con mi jefe para que te dé un espacio, prefiero eso a que estés desempleado.

— No má, ya conseguiré algo, enserio — miré de reojo al sujeto peli-negro que leía las aventuras de Tom Sawyer con detenimiento, como si fuera la primera vez, a pesar de que para ese entonces, había leído ese libro más de catorce veces, y ni hablar de las veces que lo sigue leyendo hoy en día — ¡Adiós Tyson!

— Adiós Taylor — murmuró sutilmente mientras seguía concentrado leyendo, yo sonreí de lado mientras fijaba mi mirada nuevamente en mi madre.

— Estaré bien, no te preocupes ¿sí? tienes cosas más importantes en las qué fijarte — dije mirando de reojo a mi hermano — Yo sé cuidarme solo, llevo años haciéndolo.

— Lo sé, de sobra está decir lo independiente que has sido siempre — dijo ella rascándose la cabeza y con semblante apagado, le dolía admitir ello, ella sabía que yo me volví de tal forma gracias a la falta de interés que tuvo siempre en mí, nunca fue una "madre modelo" esa era una de las principales razones por la que ambos siempre discutimos, siento que fui muy duro en su momento con ella, pero realmente me dolía su indiferencia.

— Era eso o morir de hambre — dije tratando de sonar indiferente al tema, aunque aún me dolía mucho si quiera pensarlo — Bueno ya Teddy, me tengo que ir, si Peter me ve aquí las cosas se pondrán tensas.

— Avísame cuando llegues — dijo arreglando un poco mi cabello, yo aparté su mano de mi rostro para verla con una sonrisa bastante forzada.

— Lo haré — dije dándome vuelta y saliendo finalmente de aquel hogar, bajar aquellos escalones me causaba melancolía, recordar todas las noches que pasé sentado allí llorando porque no había nadie en casa y yo no tenía qué comer, dejaban a mi hermano al cuidado de una vecina, me atrevo a decir que ella era la verdadera madre de Tyson, mientras que yo, no corrí con la misma suerte, no me malentiendan, me aliviaba saber que alguien velaba por mi hermano, pero cuando eres jóven y vulnerable, todo lo que pasa por tu mente es "¿porqué yo?" "¿porqué eso no me pasa a mí?".

Volví a casa para encerrarme en mi cuarto a dormir, no tenía mucho qué hacer, el domingo era el único día que podía descansar medianamente, aunque empezaba a creer que mi rutina iba a cambiar abruptamente en los próximos días.

Saqué unos viejos audífonos y me dispuse a escuchar música recostado en mi cama con el celular sobre mi pecho, obviamente puse música de Luis Miguel, una canción que relataba un romance con una mujer mayor y muy bella, cuyo estilo de vida era de lo más material y artificial como él mismo dice, mientras que el chico buscaba un amor puro y de ensueño, todo lo contrario al romance de cama que llevaba con aquella señora.

Analizando la letra, un dolor en mi pecho se formó al verme reflejado en la misma, pensé rápidamente en mi relación (si así puedo llamarle) con Robert, él era un hombre de mundo, acostumbrado a viajar, posiblemente a cambiar de pareja cada noche, noté cuando me hizo el amor que era todo un experto en la cama, ¿con cuántos hombres o mujeres tuvo que acostarse para adoptar tal habilidad? ¿con cuántos más no planeaba acostarse? era obvio que un chico tonto y sin experiencia como yo no iba a ser suficiente para saciar todo su apetito.

También debía agregar que, lo nuestro se limitaba a una sola cosa, sexo; tal vez él era como la mujer de la canción, que vivía entre restaurantes, fiestas y demás eventos sociales, para que así, cuando llegue el anochecer, solo sea cuestión de encamarse con su pareja actual y fin de la discusión, en cambio yo, era como ese chico ingénuo al que encarnaba Luis Miguel, un jóven que añoraba un amor real, no solo algo carnal, ¿realmente Robert sería capáz de tolerar eso, o estaba aferrándome a algo imposible?

Amor Y Prejuicio /A.Y.A #1/ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora