Luego de cenar, Robert y yo decidimos mejor dormir, el incómodo momento con Yelena me quitó todas las ganas de tener sexo, y Robert había llegado exhausto de la reunión, por lo que optamos por mejor dormir, debíamos madrugar, había que ser puntuales o perderíamos el vuelo.
Al día siguiente, el sonido de la alarma de su celular nos hizo despertar, rápidamente nos levantamos y empezamos a guardar todo, Robert tenía empacado casi todo, solo faltaba meter mi ropa en la maleta.
— ¿Todo listo? — preguntó él al verme salir de la habitación mientras jalaba mi maleta.
— Sí — respondí bostezando un poco, llevaba puestos unos jeans claros y el suéter azul marino con franjas blancas que tanto me gustó.
— Jaja, aww, ¿alguien tiene sueño? — preguntó tomándome de la mejilla dulcemente.
— Odio levantarme temprano — dije hundiendo mi cara en el hombro de él.
— Tranquilo, dormirás un poco en el avión. ¿Seguro que no olvidas nada?
— No, ya guardé todo en la maleta.
— ¿Tus regalos de cumpleaños?
— Sí — asentí — ¿Realmente crees que podría olvidar un disco de Luis Miguel?
— Obviamente no — dijo él entre coquetas risas para ir a la puerta y cerrarla, me causaba melancolía dejar la habitación donde perdí la virginidad, y en donde pasé tantas noches hermosas junto a mi novio, pero no podíamos quedarnos en un cuarto de hotel por siempre, aunque muchas veces sigo añorando volver a ese cuarto de hotel, por lo mágico que se siente recordar las primeras veces.
Ambos bajamos juntos al lobby, Robert entregó las llaves al gerente y nos marchamos, apretaba su mano mientras seguía bostezando, y no era para menos, eran las 06:08 de la mañana, no acostumbraba levantarme tan temprano.
Robert guardó las maletas en el auto y nos fuimos de ese hotel, yo cabeceaba mirando a través de la ventana el clima lluvioso de la ciudad, estaba un poco nervioso, pero al mismo tiempo tranquilo, luchaba por no pensar en lo que me dijo Teddy, eso siempre hacía que mi pecho doliera como nunca.
Cerraba mis ojos para intentar dormir, aunque me extrañó sentir repentinamente el cómo Robert estacionaba el auto. Abrí los ojos mirando a los lados, quedándome helado al ver que estábamos frente a la casa de mi madre, y ella estaba sentada en el pórtico junto a mi hermano Tyson.
— ¿Q-Qué hacemos aquí? — pregunté mirando a Robert totalmente abrumado.
— Quiero que te vayas conmigo, pero no quiero que hacerlo implique que tu madre te odie — aclaró sonriéndome con ternura, jadee nervioso cuando él me dijo eso.
— Pe-Pero yo— me callé al sentir las manos ajenas sobre mi rostro.
— Todo está arreglado, vine ayer y hablé con ella, ya entiende de mejor forma las cosas.
— ¿En verdad hiciste eso?
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Amor Y Prejuicio /A.Y.A #1/ (+18)
RomanceEl amor no es siempre color de rosas como todo el mundo lo pinta, no es siempre un romance que tarda años en añejar hasta que se vuelve más puro que cualquier cosa que puedas imaginar; ese no fue mi caso, mi caso es cualquier cosa menos romántico o...