25 - 'Salvaje'

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— Diablos, estoy lleno — dije suspirando suavemente mientras me apoyaba de la silla, Robert limpiaba su boca con una servilleta suave y delicadamente, hasta para eso era mucho más fino que yo.

— Me alegra que te haya gustado — mencionó mirándome con ternura para levantarse de su asiento — Iré al baño un momento, no tardo nada, si quieres puedes pedir algo de postre mientras vuelvo.

— No, para nada, no podría meterme nada más a la boca — suspiré profundamente sintiendo mi estómago bastante hinchado, no estaba acostumbrado a comer hasta quedar satisfecho. Robert rió suavemente mirándome de reojo.

— ¿Enserio? Mh, pues eso será un problema dentro de un rato — afirmó picaramente mientras caminaba hacía la puerta del balcón para irse.

Yo le observé marcharse con una leve sonrisa, la compañía de Robert me ayudaba a estar tranquilo, y amargamente, su ausencia me hacía caer en mi espiral de nervios e inseguridad nuevamente, esa era una de las principales razones por las que, mi decisión sobre irme o quedarme, iba a ser muy difícil de tomar.

Tomé el teléfono de él para cambiar la música, algo que pudiera relajarme, pero, rápidamente recordé algo que dejé inconcluso, y aprovechando que Robert se fue, me dispuse a hurgar en sus mensajes, como el perfecto metiche inseguro que soy.

Entré de nuevo al chat con Yelena, viendo que habían varios mensajes nuevos, uno hizo que mis mejillas se ruborizaran mucho, era una foto que Robert me tomó desprevenido mientras me vestía, la cual decía "Dios bendiga norteamérica", eso me hizo reír un poco, pero también me hizo sonrojarme bastante por lo atrevido y presumido que podía llegar a ser el señor Dawson.

Mi corazón se agitó cuando, llegando a la parte donde había quedado la última vez, pude ver que a lo que Yelena se refería, un mensaje de Robert donde decía "Debo volver a Londres pronto, pero no quiero dejar a Taylor aquí, quiero que se vaya conmigo", un pesado jadeo de frustración y nervios salió de mis labios mientras echaba la cabeza hacía atrás, Dios, jamás creí sentir algo de este tipo, la angustia de no saber qué decisión tomar, excusas de sobra tenía para irme, pero, no podía, no me atrevía, era una sensación muy extraña, como si, mis piernas no lograran responder, pero la idea de ver a Robert abordar un avión e irse lejos, me dejaba sin aire.

Un pesado suspiro salió de mis labios de repente, junté mis manos con el teléfono de él en medio, para pegar mi frente en ellas e inclinar la cabeza, mientras mi mente se llenaba de las imágenes de los momentos que había pasado hasta ahora con el señor Dawson, todos esos momentos juntos, tanto románticos como sexuales y discusiones, cada momento con él era grato para mí, a pesar de que evidentemente, no todo era color de rosas debido a mi maldito mal genio, aún así, no quería perderlo, no quería perder esa única fuente de luz y calma que llegó a mi vida tan de repente.

— ¿Aún buscas algún mensaje de infidelidad o traición? — mi piel se erizó totalmente al escuchar esa voz llegar tan de repente. Alcé de golpe la mirada, sintiendo algo de pánico cuando vi los ojos azules de Robert, aunque me consternó ver que en lugar de estar molesto o algo así, Robert me miraba divertido y con ternura.

— Perdóname, n-no era mi intención revisar tu celular, s-soy de lo peor — dije mientras dejaba el móvil frente a él, varias risas salieron de los labios ajenos mientras Robert se sentaba frente a mí y guardaba su celular en su bolsillo.

— No te disculpes, está bien, cualquiera peca de curioso en cualquier momento, yo no me abstengo, cada que tengo oportunidad siento la incontrolable necesidad de hurgar en tu teléfono, por eso no me molesta que tú revisas el mío cuando te plazca — un sudor frío bajó por mi frente al oírle, rápidamente recordé que él admitió revisar mi celular, pero, ¿lo había hecho otras veces?

Amor Y Prejuicio /A.Y.A #1/ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora