Di algo, Brad... Di algo para que proteste y tenga un motivo para enfadarme contigo y soltarte. Te estoy abrazando por mi propia voluntad y es un sentimiento nuevo para mí. Piensa en mí por una vez y di algo...
Nada.
Brad no dijo nada, simplemente se dispuso a permanecer en esa posición dándome aquella seguridad que sentía al tenerlo a mi lado.
Pero no quería.
No quería sentir nada por él porque nada bueno saldría de eso.
Sentirse atado a alguien a quien no le import... No. Me parece que algo sí que me había llegado y convencido y era que no le resultaba del todo indiferente a Brad.
O eso parecía al menos.
-Brad...- murmuré aun sintiendo el calor que me transmitía su cuerpo.
-Me estás abrazando muy fuerte... - dijo en el mismo tono que había empleado yo.
-Brad, yo...
Mi rostro se humedeció por unas pequeñas gotas saladas que comenzaron a resbalar recorriendo mis mejillas y atraje con más fuerza el cuerpo del rubio al mío escondiendo mi cara en su torso.
¿Por qué estaba llorando? Los hombres no lloran, y menos aun sin motivo. Lo único en lo que estaba pensando en ese momento era en las palabras de Brad. Intentaba encontrarle sentido a todo. Encajar los hechos.
¿Quería...entender?
-Suéltame...- pedí casi suplicando.
-Nunca me has permitido acercarme tanto y, por primera vez, sé que has escuchado lo que dije.
-Yo...te escucho a veces...
-Me alegra oír eso.
No agradezcas algo así, estúpido...
-Tengo que ducharme - murmuré sin muchas ganas de apartarme de él.
-¿Estás seguro de que quieres que te deje?
Dejarme... solo, como siempre estuve antes de conocer a Brad...
Mis uñas comenzaron a clavarse en la espalda del chico rubio y las lágrimas mojaban mi rostro. Su torso debía de estar ya empapado.
-N-no...me dejes...- Mi voz se quebraba de tan solo plantearme el volver a estar solo, sin nadie a mi lado.
-¿Quieres...que me duche contigo?-preguntó emitiendo leves quejidos de dolor.
Mi rostro adoptó aquel rubor por segunda vez en poco tiempo pero acabé aceptando. ¿Acaso tenía otra opción?
Brad aflojó mis brazos alejándome a centímetros de él y me tomó el rostro, húmedo y sonrojado. Al observarme durante un momento, me apartó el flequillo tras limpiarme las lágrimas y plantó un tierno beso en mi frente.
-Deja de hacer...cursiladas-dije reprimiendo el deseo de volver a llorar-. Soy un hombre...
-Este pequeño hombrecito también necesita cariño.
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Solitaria realidad [BL]
Teen FictionSexo y droga. Estas dos palabras eran suficientes para describir la establecida vida de Hugo Chance. Al no tener padres que se preocupasen por él, la calle era quien le enseñó lo que hoy en día la mayoría de vosotros no consideréis correcto. Eso era...