19. "La propuesta de Lorenz"

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No era que mi idea fuera a tener éxito pero se podría intentar y nadie sabía lo que ocurriría. Lo bueno era que yo no perdería nada por probar.

Cogí el móvil y marqué el número de Lorenz, el tipo que me enseñó todo lo que sabía respecto a mis adicciones. Era muy tarde, pero ese hombre no dormía por la noche por lo que le había llamado a la hora perfecta, justo antes de que se encontrara algo que hacer.

- ¿Eres tú, Jesse? - respondió al teléfono -. ¿El tequila ha dejado de tener alcohol? ¡Cuánto tiempo sin recibir una llamada tuya, estrella!

Sabía que nuestra conversación iría a empezar así.

- Sí, soy yo - suspiré -. Necesito verme contigo.

- Qué directo sigues siendo. Me gusta que vayas al grano.

- ¿Donde siempre?

- Sí, vente ahora. No he pensado hacer nada hasta que venga un cliente así que podremos charlar un rato.

Cogí las llaves y bajé en silencio pero no pude evitar cruzarme con Charles, Esteban y Elmer quienes se encontraban acomodados en el salón. El padre español se sentaba con el americano frente al chico castaño. Los tres parecían estar llevando una conversación común, hasta que aparecí ante sus ojos.

- No puedo zeguir viviendo azí - dijo Elmer cogiéndose del cabello -. ¿Por qué tenía que venir aquí? ¡Zi era poco tener que verlo todoz los díaz, ahora encima vivía en mi caza! 

- Cálmate, hijo - intervino Charles.

- Lo eztaré en cuanto ezte tipo dezaparezca de mi vizta, no, del mundo.

- ¿Ibas a alguna parte, Hugo? - me preguntó Esteban .

- Quería salir unos minutos para ver a un amigo.

- No vas a ir a ninguna parte - se impuso el hombre del periódico -. Tu padre nos ha prohibido dejarte solo para que no cometas ninguna estupidez.

- Así que acompáñalo, Elmer - sonrió Esteban.

- ¡¿QUÉ?! - exclamamos los dos a la vez

- Si vas con Elmer, posiblemente te deje...

El español le acarició el muslo al otro padre mostrando su confianza y entonces acabó aceptando.

- Vale, si vas con él, podéis salir.

- Papá, no pienzo acompañarlo a ninguna parte - señaló.

- Tampoco quiero que lo hagas - repliqué.

- A ti nadie te ha preguntado. Voy a ir.

- No te he pedido que hagas nada.

- Eztá bien, Charlez. Acompañaré al mariquita pero zolo para comprobar que no irá a eztropear la cita de Brad.

- ¿De qué estás hablando? Brad no está saliendo con nadie.

- A partir de hoy zí.

- Eso es mentira.

- Venga, chicos. Cuanto antes salgáis, antes volveréis a casa - habló uno de los padres.

Miré a Elmer y me adelanté para salir.

- Oye, ¡ezpera! - saltó por encima del sofá corriendo en mi dirección hasta alcanzarme.

Ya me encontraba caminando con las manos en los bolsillos para mantener el calor. Hacía incluso más frío que antes. Elmer llevaba puesta una bufanda y guantes pero aun así tenía frío también.

Solitaria realidad [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora