-¡¿T-tres millones?!-exclamó Brad al oír la noticia-. Eso es una bestialidad, Hugo.
-Adiós a mis esperanzas-golpeé mi cabeza contra el escritorio.
Brad había venido de nuevo para ayudarme con los estudios y no pude evitar contarle sobre la operación de Estados Unidos. Aun así, no esperaba que me ayudase ya que esa cantidad de dinero era inalcanzable.
-No hay que perderlas aun-pretendió animarme-. Lo bueno es que sabemos que hay forma de curarte. Si hay una, deben haber más.
-Eso sería demasiado fantástico para mi inútil vida.
-Vamos, no digas eso. Buscaré una solución. Te lo prometo.
-Igual que prometiste venir a por mí en el recreo y no lo hiciste...
-Espera, espera, espera. ¿Dónde estabas en el recreo? Te busqué por todo el instituto.
-Estaba en una taquilla. En la tuya para ser más exactos.
-¡¿Qué?!
-Deberías volver a ordenarla porque dudo que se haya quedado igual que estaba después de mi hospedaje en ella. Por cierto, no sabía que te gustaran las arañas porque habían varias.
-¡¿Arañas?!
-Sí...daban asquete... Pero era soportable. Las pulgas que me rodean día a día son más molestas.
El chico rubio palideció y abrió los ojos como platos mientras me escuchaba.
-A-arañas...-murmuró sin mover un músculo.
Extrañado, permanecí un momento observando su expresión cuando entendí lo que estaba pasando y estallé en carcajadas. Entonces, Brad reaccionó y me miró sorprendido.
-Hacía mucho que no me hacías reír-dije limpiándome las lágrimas -. ¿De verdad les tienes miedo a unos insignificantes bichos de seis patas?
-Tienen ocho...
-¿De verdad les tienes miedo a unos insignificantes bichos de ocho patas?-corregí mi pregunta.
-N-no... Es solo que... No me gustan-desvió la cabeza.
-Miedo.
-No es eso.
-Les tienes miedo.
-¡Que no!
-Raargh-imité a un monstruo-. Soy una araña y te voy a devorar los sesos.
-Si tú fueras una araña no me importaría que me devorases.
-¡Raargh!-me abalancé sobre él cayendo ambos sobre la cama.
-¡Oye!
Mi risa era incesable. Nunca me había sentido así.
Al cabo de un rato apoyé mi cabeza sobre el pecho de Brad y me relajé un poco aunque aun mantenía la sonrisa sobre el rostro. Él, por su parte, me rodeó el cuerpo con los brazos y ablandó su tensa expresión.
-A veces...me haces sentir extraño-murmuré-. Es como si te necesitara.
Cuando estuve encerrado después de haber recibido una paliza y después de salir, Brad era la única persona en la que había estado pensando y a quien no podía sacar de la cabeza. Gracias a él...aguanté los golpes. Tenía la esperanza de que vendría a por mí en cualquier momento.
-Quería que vinieses a buscarme, pero reconozco que no es tan fácil verme estando yo en una taquilla.
-Sobre eso...no me has contado nada. ¿Qué ocurrió?
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Solitaria realidad [BL]
Teen FictionSexo y droga. Estas dos palabras eran suficientes para describir la establecida vida de Hugo Chance. Al no tener padres que se preocupasen por él, la calle era quien le enseñó lo que hoy en día la mayoría de vosotros no consideréis correcto. Eso era...