(Narra Hugo)
Brad se negaba rotundamente a esperar a Antonio pero no me sentiría bien si abandonase a aquel que pretendió ayudarme, por muchas ganas que tuviera de volver a casa bajo un paraguas junto al rubio. ¿Eso era muy cursi? ¿Cuándo me había vuelto así? La verdad es que comenzaba a notar ciertos cambios en mi forma de pensar; cosas que no habría hecho hasta hacía unos meses, las aceptaba a duras penas. Ya no me importaba hablar sobre mí a Brad, y tampoco rechazaba la idea de socializarme. Tal vez intentase ser mejor persona.
Tal vez ya no quisiera morir solo.
***
- Tu profesor no viene - dijo Brad.
Ya había pasado más de hora y media desde que se había ido a buscar su coche. El lugar estaba alejado, pero no tanto.
- ¿Le habrá sucedido algo? - volvió a intervenir.
- No lo sé.
Ambos estábamos sentados de espaldas el uno al otro en el mojado banco de la parada sujetando el paraguas abierto sobre nuestras cabezas.
- ¿Deberíamos ir a buscarlo?
Antes de que le pudiera responder, nos percatamos de una ambulancia que pasaba a gran velocidad por nuestro lado en la misma dirección por la que se había ido Antonio. Los dos reaccionamos a la vez y nos levantamos echando a correr tras el vehículo.
Corrimos hasta que éste se detuvo.
Nos miramos a la vez y entonces nos acercamos para ver lo que había ocurrido.
Había un cuerpo en el suelo y varios médicos a su alrededor. Algunos lo estaban cargando sobre una camilla y otros ya habían sacado utensilios de primeros auxilios para socorrerlo.
Tanto Brad como yo nos abrimos paso entre ellos solamente para ver el rostro de la víctima. Y, efectivamente, era Antonio.
Los médicos nos echaron pero les explicamos la relación que teníamos con él para que nos permitieran ir con ellos, mas no teníamos ninguna.
- Vamos a coger el autobús.
- Sí...
Entonces, una figura con cabello rojizo apareció a lo lejos de perfil e incluso pareció sonreír.
Qué extraño...
Ignoré ese hecho y me dejé llevar de la mano por Brad hacia el hospital. Éste se encontraba a unos 15 minutos caminando por lo que pronto estuvimos ahí.
Nos quedamos en la sala de espera frente a la habitación en la que ingresaron a mi profesor durante varias horas.
Me sentía algo preocupado por él y no comprendía la razón ya que nos conocíamos desde hacía menos de un día, pero posiblemente lo viese de forma parecida a Brad y eso hiciera que desarrollara mayor sentimiento en menor tiempo.
Seguramente fuera eso.
- Mis maldiciones no iban en serio, demonios - murmuró Brad entrelazando los dedos -. No deseaba en serio que le atropellara un camión.
- ¿De qué estás hablando?
Su rostro estaba pálido y lucía una expresión atemorizada.
- ¿Mis deseos se cumplen cuando perjudican a alguien? ¿Y por qué no cuando pedí tu salud?
- ¿Tú querías esto?
- ¿Que le atropellaran? ¿Por qué iría a querer matarlo? Los celos no son motivo suficiente.
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Solitaria realidad [BL]
Teen FictionSexo y droga. Estas dos palabras eran suficientes para describir la establecida vida de Hugo Chance. Al no tener padres que se preocupasen por él, la calle era quien le enseñó lo que hoy en día la mayoría de vosotros no consideréis correcto. Eso era...