CAPÍTULO 46

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Amy Vargas.

Me siento jodidamente triste y sola.

Llevo cuarenta y tres horas y veintisiete minutos sin ver a Nick, me siento como novia de pueblo, sola y alborotada.

Me importa poco si lo dije mal.

Estoy como una plasta de mierda en el sofá de la mansión de Larissa Pierce, la mamá de Aaron.

Pensando en la vida, pensando en lo que he hecho y lo que no he hecho, pero quiero hacer.

Estoy en el limbo ahora mismo, divagando sobre pensamientos absurdos. Básicamente, pensando en estupideces.

—porque toi solita, no hay nadie aquí a mi lado —canturreo— no habrá problemas hoy, de mí ya se han burlado. —finalizo haciendo puchero mientras acaricio mi vientre descubierto.

Me levanto del sofá y bufo mirando mis pies hinchados.

—no tienen ni cuatro meses en mi vientre y ya me están acabando —me quejo con los mellizos— cuando alguien me amaba, yo solía ser tan feliz —comienzo a cantar de nuevo.

Escucho el sonido de unos tacones retumbar por las escaleras y es la mamá de Aaron, quien baja de estas. Vestida de gala. Con un vestido dorado muy pegado y escotado, su cabello rojo está hecho rulos, relativamente bien maquillada y oliendo a perfume de vieja muy caro, que me desagrada por completo.

—¡Ma belle! —exclama la señora terminando de colocarse el arete— iré a una cena con mis amigas. Te quedarás con Damian y Hades por un par de horas —avisa y yo chasqueo mi lengua.

Ma belle: mi bella.

—no hay problema, solo, me trae algo de comida gourmet —pido y ella sonríe.

—está bien —se acerca a mí y besa mi mejilla— nos vemos después —se despide y baja la mirada a mi vientre— y ustedes, pórtense bien y cuiden a su mamá —musita acariciando mi vientre.

Sonrío y ella se aleja de mí guiñando un ojo.

Me da la espalda y la veo desaparecer por la puerta principal de la mansión. Al salir ella, veo a Harry entrar a la mansión.

—hola Harry —lo saludo y me acerco a él— ¿Trajiste lo que te pedí? —cuestiono en voz baja.

—la señora Pierce me cortará la cabeza si ve esto —reprocha y revela la malteada de chocolate que le pedí. La recibo y le doy un sorbo.

—eres mi fiel sirviente, Harry Duncan —musito palmeando su hombro.

—también le traje información sobre la señorita Deva Burton —agrega y yo paro oreja.

—dime.

—no lleva tantos días internada en el hospital y ya se ve mejor, los sueros y la transfusión de sangre, le han ayudado mucho —informa y yo sonrío grandemente «esa es mi Deva»— pero no se sabe si va a despertar, posiblemente lo haga, ya que su coma fue causado por la gran desnutrición que tenía, además de que el FCCH estaba consumiendo la mayoría de sus órganos, y también parte de su cerebro. —sigue y siento un enorme vacío en el pecho.

—dime que más —incito a que me siga informando.

—por favor, no me haga decir más, el coronel me pidió que la cuidara y la alejara de preocupaciones —dice y yo niego con la cabeza.

—por favor, Harry.

—no, señorita Amy —espeta y yo muerdo mi labio inferior.

—por favor dime, ella es mi mejor amiga, mi hermana, mi todo —insisto.

Sentencia Placentera [Sentencia De Pecados #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora