CAPÍTULO 12

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Deva Burton.

3 meses después.

Bien, mi vida estos últimos cuatro meses no ha sido fácil, el que Alessandro se fugara de la cárcel no me deja dormir. Son tantas cosas en tan poco tiempo.

Me tienen completamente abrumada, no puedo dormir, no puedo comer, solo existo, trabajo hasta cansarme y apenas llego a mi casa me quedo dormida, pero el sueño se interrumpe por las pesadillas con Alessandro.

Ahora me encuentro en la oficina de Aaron, a cada sargento y teniente se les ordenó que investiguen sobre los posibles lugares que haya visitado Alessandro desde su fuga.

Me postulé para ayudar a un sargento o teniente y casualmente, el general Montgomery, decidió ponerme a trabajar con Aaron. Esto es importante, implica ascensos y por ahora, es lo que más quiero.

-¿Y bien? -digo quitándome la chaqueta y Aaron no quita la mirada del escote que me deja la camisa.

Chasqueo los dedos en su cara y él reacciona.

-no te pediré disculpas, nadie te obliga a usar tan ajustada camisa, lo que daría por volver a chup..

-¡shh cállate! -lo interrumpo rápidamente y él bufa- Eso no volverá a pasar, así que, deberías conformarte con solo ver y no tocar.

-yo no me conformo con miserias Deva, sabes que tienes un cuerpo hermoso, me diste a probar tu lugar más prohibido, y lo único que ha logrado eso, es que quiera terminar lo que empecé esa noche en el penthouse -musita sin dejar de mirar mis tetas.

«menudo idiota» le doy un leve golpe en la frente y ya me mira a los ojos.

-te quedarás con las ganas, corazón, porque no pienso follar contigo -bufo riendo.

-¿quieres apostar? -dice divertido y mira mis tetas de nuevo.

-te escucho.

-te apuesto a que yo te voy a follar, y como lo dijiste una vez, te quitaré ese tonto título de virgen, antes de que termine el mes -levanta lentamente la mirada.

Me quedo mirándolo, digo, admirando sus hermosas facciones y dudo un poco en contestarle.

-bien, trato.. -musito y el sonríe y devuelve su mirada al gran mapa de Canadá.

Me concentro en mi trabajo, la cual es revisar los expedientes de los alojamientos de Alessandro aquí en Canadá. Verifico los nombres de los establecimientos en los que Alessandro ha estado y hago llamadas para comprobar si Alessandro se encuentra alojado en esos lugares.

Pasan las horas y no hay respuesta.

-ohh entiendo, muchas gracias -cuelgo la última llamada y miro a Aaron. Él sigue concentrado, señalando los posibles lugares en los que se encuentre Alessandro.

-¿Porqué seguimos buscando a Alessandro en Canadá? Se supone que está en Italia -musito estresada.

-no está en Italia -responde sin despegar la mirada del mapa.

-¿cómo puedes estar tan seguro?

Me levanto de la silla y me acerco a él, veo los trazos y son impecables.

-Alessandro está esparciendo su droga por todo estados unidos, latinoamérica y ahora Canadá, no puede moverse de Canadá, tiene muchos negocios que cerrar aquí -hace una pequeña pausa- ahora, puede estar en cualquier parte de Canadá, tiene laboratorios en Yukon, Manitoba, Quebec y aquí, Ottawa.

Me quedo callada y sigo mirando el mapa. Aaron se aleja del escritorio y comienza a morder el lápiz rojo que tiene en la mano. «mierda, se ve muy atractivo» musita mi subconsciente.

Sentencia Placentera [Sentencia De Pecados #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora