Harry Duncan.
20 de septiembre, 6:34pm.
3 horas antes...
—¡Harry, lo encontré! —exclama Damian y me acerco a ver.
En sus manos yace un anillo, muy hermoso, con un diamante enorme en el centro.
—¿Ese es el anillo? —inquiero cruzando mis brazos.
—¡Sí! —chilla emocionado— mi tía se pondrá feliz al verlo.
Sus pequeños dedos repasan el anillo y sus manos se aferran al pequeño objeto.
—entrégame el anillo —me pongo de cuclillas, extendiendo mi mano derecha— se lo daré a Amy cuando vuelva del spa —le aseguro a Damian.
—okey —acepta.
Deja el anillo en la palma de mi mano, y lo sostengo, no lo suelto por ningún motivo.
Se comienzan a escuchar unos quejidos y volteo a ver de donde provienen, es Zeus.
Se coloca al frente de Damian y comienza a ladrar. Da vueltas alrededor del menor y luego se coloca en la posición de ataque.
«¿Qué coño pasa?». Saco mi arma, listo para disparar a lo que sea que haya por ahí. Y luego lo veo...
Vladimir Messina, saliendo de la casa, por las puertas de cristal. Con una serpiente negra colgando en su nuca.
—hermosa especie —inicia acercándose a nosotros, y le siguen veinte hombres más—. Naja nigricollis, una cobra negra.
Apunto directamente a su cabeza y todos los hombres de Vladimir me apuntan con ametralladoras.
—¿Qué coño quieres? —inquiero sin bajar el arma y quitándole el seguro.
Poso el dedo en el gatillo y Vladimir sonríe.
—mi hermano está en Cuba, Santa Marta y sé que están en un operativo ahora mismo. Y sé que si tienen la oportunidad de atrapar a Alessandro, lo harán —comenta— por lo que, ustedes, —me señala a mí y a Damian. Quien se esconde detrás de mí— son la garantía de escape para mi hermano.
Frunzo el entrecejo y siento las manos de Damian, aferrarse a mi pierna derecha.
—vas a tener que pasar por encima de mí cadáver, si deseas a Damian —aviso— ahora vete.
La sonrisa torcida no abandona su rostro y suspira, dejando caer la cobra al suelo.
—ya lo tuve a mi poder una vez, y lo tendré en la palma de mi mano las veces que se me venga en gana —asegura Vladimir con aires de grandeza.
—Harry, no dejes que me lleven —suelta Damian con una voz temblorosa.
—no va a pasar... —susurro.
—claro que va a pasar, —afirma el italiano— Emilia va a elegir a quién me llevo primero.
La cobra se acerca a nosotros y bajo la mirada, junto al arma. El animal abre su boca, dispuesto a atacar, y al momento de que intenta acercarse a morderme. Le disparo en la boca, matando a la cobra al instante.
Volteo a ver a Vladimir y él sólo mira a la cobra.
—sigues tú —advierto sin dejar de apuntarlo.
—disparen —ordena— especialmente al niño.
Antes de que disparen, me volteo rápidamente, dándole una pequeña sonrisa a Damian y lo empujo fuertemente hacia los arbustos enormes que separan el patio del bosque.
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Sentencia Placentera [Sentencia De Pecados #1]
RomanceTIENE HORRORES ORTOGRÁFICOS ‼️ ¡Primer libro de la saga: sentencia de pecados! Ya la graduación pasó y es hora de integrarse a la entidad para combatir crímenes. Deva, una chica de veinte años, se incorpora a la UFMED, ¿tarea fácil? Para nada, en...