CAPÍTULO 42

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Mía Castillo.

Si a Amy se le ocurre una estupidez, y me dice que la ayude, yo lo hago. Pero... ¡¿POR QUÉ MIERDA SE LE DEBÍA OCURRIR ROBAR UN PUTO JET?! Vergacion.

Cada que Amy piensa algo tonto, ahí va su estúpida a seguirle el juego, imaginé muchas cosas, pero ¿robar un jet? No, definitivamente no. «maldición, yo soy la que me meto en vergueros por Amy y la muy desgraciada se desmaya cuando más la necesito».

Ahora mismo, estoy en la puta cabina, manejando el jet que Amy robó... Bueno, robamos.

Al momento que Amy se desmayó, Nick venía detrás de nosotras, corría y nos gritaba del mal que nos íbamos a morir, para ser sinceros, no le entendí ni pío de lo que dijo. Pero, en estas andamos.

Presiono el botón de piloto automático y me levanto de la silla y salgo de la cabina. «gracias a Dios me especialicé en pilotaje y tengo un título como una de las mejores pilotos en la UFMED de mi país, Venezuela».

Me encamino hacia Amy que aún sigue desmayada en uno de los asientos. La miro unos segundos y se me enciende el foco. «el maletín de primeros auxilios que ví en la cabina» camino rápidamente hacia la cabina y todo el maletín.

Me acerco a Amy y abro el maletín. Tomo un pequeño algodón y tomo el frasco con alcohol, lo remojo un poco y acerco el pequeño algodón a la nariz de Amy.

Lo muevo en círculos cerca de su nariz y la veo abrir los ojos. Alejo el algodón y cierro el frasco de alcohol.

-¿Qué sucedió? -pregunta en un hilo de voz.

-¡Te desmayaste, malparida! -exclamo en español- ¡¿primero me dices que te ayude a robar un puto jet y luego te desmayas?! -espeto encabronada.

-te juro que no sé que me pasó, llevo días así -musita y yo entrecierro los ojos.

-¿A qué te refieres? -pregunto en seco.

-pues tengo muchos síntomas de gripe o vómitos, no lo sé, no sé que me pasa -«carajo»- pero es la primera vez que me desmayo. No me había pasado antes -explica y yo chasqueo la lengua.

-ay Amy... -murmuro y me cruzo de brazos- ¿y tu período?

-pues, regularmente iba bien, debía haber venido hace unas tres semanas, pero aún no llega -responde y aquí ya hay gato encerrado- aunque yo soy muy irregular, apenas se ha enderezado un poco estos meses, pero quizás llega pronto.

-a mí me parece que estás embarazada -suelto y ella se ahoga con su propia saliva. Rio un poco y Amy niega con la cabeza un par de veces.

-¿Yo, preñada? ¡NO! -exclama y se levanta del asiento- yo no puedo estar embarazada, estoy muy joven.

-Amy -hago una pausa- tienes veintitres años -recalco.

-bueno, ¡pero yo no estoy lista para tener un bebé! -replica mordiéndose las uñas- no estoy casada, no tengo estabilidad emocional, y no sé cuidarme el rabo, como pa' estar cuidando el rabo de otro ser humano que me salió de la vagina ¡No, aún no! -chilla y yo estampo la palma de mi mano en mi frente.

-pues no sé que decirte -la miro a los ojos- de todos modos, no estamos seguras de eso. -«lo más probable es que sí esté embarazada».

-¿Y si fuera cierto, Mía? ¿Cómo crees que reaccionaría Nick si se enterara que me dejé embarazar? -musita y yo me acerco a ella para abrazarla.

-no te dejaste embarazar, no digas eso -la regaño.- fue algo, de cierta forma, espontáneo.

-no quiero que Nick me deje, yo lo amo -susurra rompiendo en llanto.

Sentencia Placentera [Sentencia De Pecados #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora