Cap 25

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Sumire

   Tal vez..., Sera mejor que me vaya, me hace mal estar aquí en su casa, y todavía sigue sin responderme los mensajes ¿¡Y si algo malo le paso!?, Claro tiene sentido, por eso no me contesta, lo mejor será dejarlo e irme a mi casa, seguro después me explica todo y un poco más después tendremos nuestra cita de verdad... Y nos casaremos, o tal vez sea muy apurado para eso..., O tal vez solo sean ilusiones. Pff, que tonterías digo aveces.

S-¿Mamá?- Dije mientras abría la puerta de mi casa.

M.S-¿Y bien que tal te fue?- Ella sabía muy bien con quién iba a salir ya que le conté todo sobre Budo.

S-El... Bueno, nos la pasamos muy bien, ojalá algún día lo puedas conocer-

P.S-Para mi es un patán-.

S-¡Claro que no!, El es alguien muy bueno, ya van a ver-.

   Me fui a mi cuarto despdiendome de ellos, hasta que me pensé mejor lo que había dicho mi padre, tal vez un poco de razón tenía ya que no me había avisado de nada y solo me dejó colgada, y todavía sigue sin darme una explicación, ¿Y si le pregunto a sus amigos?, Creo que es lo mejor. Tome mi celular y le envié un mensaje a Taro, era el único que había visto que era muy cercano a Budo, el debería de saber, así que le pregunte si sabía algo de el y me respondió que hoy habían salido..., No lo entiendo, leo una y otra vez ese mensaje pero, sigo sin comprender, ¿el planeo salir con los dos a la vez o que?, O solo quería pasar tiempo con su amigo y se olvidó de mi....

N. Omnisciente

   Mientras que Sumire tenía sus problemas de adolescente enamorado Budo llego al hospital y lo atendieron lo más rápido posible, ya que vieron que aquella herida empezaba a desgarrarse un poco y la remera que llevaba se empezaba a volver roja. El quería llamar a alguien, a quién sea menos a su madre, sabía que si lo hacía se iba a meter en graves problemas, hasta que llego en su cabeza hablar con Sumire, de paso le pediría perdón por no haberle avisado.

B-Disculpe enfermera, ¿podría hacer una llamada?-

E-Claro, ¿Quiere que llamemos a sus padres?-.

B-No, me gustaría hablar con una amiga-.

   Aquella señora tomo el teléfono y llamó al número que le dijo el, apenas paso un segundo ya le había atendido.

S-Hola...?- Dijo sollozando la chica.

B-¡Sumire!, Espera, ¿estás llorando?-.

S-¡Budo!, Eso no importa, ¿que sucede?-.

B-Me gustaría pedirte un favor muy grande-.

S-Lo que sea, ¿Que necesitas?-.

   La enfermera escuchaba un poco la conversación que tenían los dos, aveces eran pequeños gritos de la chica o unos pequeños llantos, era increíble la cantidad de emociones que tenía en esa llamada. Hasta que finalmente colgó.

E-Su novia parecía muy preocupada- Dijo entre pequeñas risas.

B-¿Que?-.

   A pesar de ser de noche la chica aprovecho cuando sus padres no la estaban viendo para irse a la casa de su amor prohibido, ya que le había pedido que vaya para cuidar a de cuy, y sea ella quién le avise a su madre sobre que le paso, ya que si era el..., Podía pasar de todo un poco.
   Sumire busco la llave de la casa para poder abrir la puerta, y cuándo la abrió no esperaba encontrarse cara a cara con la madre de Budo, o según ella, futura nuera.

M.B-¿Quien eres tu...?, ¿Y mi hijo?- Sumire no esperaba encontrarse con ella tan rápidamente, así que entró en nervios mientras trataba de saludar.

S-Mire..., Yo, su hijo, cuy...- Era patético el intento de hablar de ella.
   Así que al final tuvo que llamar a Budo así el le explica todo, aunque se sentía un poco mal por eso.

M.B-Eso explica por que tienes las llaves de la casa- Dijo mientras colgaba la llamada con su hijo -ven, pasa-.

   Sumire no solo iba para cuidar del cuy, sino para poder agradarle a su nuera, la cuál parecía no prestarle tanta atención a la niña, ya que solo venía por un asunto de su hijo.

S-¿Le gustan los cuy?- La madre solamente la miro y después desvío la mirada restándole importancia, mientras que la otra solo quería que la tierra la tragase.

   Sumire ya iba yegando a su casa con la la jaula del cuy la cuál le pesaba, de hecho antes de irse la madre de Budo le ofreció llevarla a su casa, pero ella pensaba que eso la haría quedar mal, lo cuál no tenía sentido, pero para ella si. Al llegar trato de abrir la puerta sin hacer mucho ruido, y lo logro, de nos ser por que su mamá estaba levantada, lo cuál le hizo entrar en nervios, así que corrió lo más que pudo hasta su cuarto, para dejar la jaula a un lado e irse a tirar en su cama, descansando por fin después de un día tan ajetreado.

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   Se viene el jigebell, que rápido pasa el tiempo.

Budo Y Taro (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora