Perdido y Encontrado en París

Un Gran Desacuerdo

El sábado siguiente, Harry y Hannah decidieron irse de paseo juntos y quedarse en Burdeos, una hermosa ciudad al suroeste de Francia donde se dedicaron a caminar, visitaron un viñedo y al final de la noche, se quedaron en su lindo hotel donde cenaron en su habitación y bebieron vino a gusto.

Ambos ya habían hablado varias veces sobre la relación de amistad de Lily y Samantha, la madre de Hannah, ella le mostró las cartas donde mencionaba a Lily y leyó para él partes que le hicieron sentir muy conmovido, oyendo como esta le decía a su hija lo feliz que estaba porque su mejor amiga tuviera un hijo prácticamente al mismo tiempo que ella, sobre su sueño de que Hannah y Harry - ambas habían prometido cuando eran más chicas nombrar a sus niños con las misma iníciales - fueran amigos ya que habían nacido con muy poco tiempo de diferencia – Hannah nació en junio, diecisiete días después que Draco, Theo nació en julio, quince días antes que Harry – ambos conversaban de lo curioso que era que los cumpleaños de los cuatro fueran tan cercanos y en que si debían celebrarlos separados o una gran fiesta para los dos cumpleañeros de junio y otra para los de julio. Incluso soñaban con hacer venir a sus amigos de Londres para estas celebraciones y en lo bien que lo iban a pasar.

"Lo único positivo de que no nos criáramos tan cercanos, es que tal vez, como sucedió con Neville, para este momento seríamos como hermanos, y no fuera posible que fuéramos pareja", dijo Hannah riendo, recordando la expresión de ella y Neville cuando sus abuelas decían que les casarían al crecer. Harry rió también.

"Oh, qué curioso, tienes razón, en ese caso tú y yo seríamos como hermanos o primos cercanos, me pregunto si nos la hubiéramos llevado tan bien como te la llevas con Neville..."

"No sé, Harry, tal vez... y pensar que a pesar de la muerte de Mamá, hubiera sido posible que creciéramos juntos si Dumbledore no se hubiera metido por el medio...", dijo la bruja suspirando pensativa, Harry la miró confundido.

"¿Qué? ¿A qué te refieres Minina?, no entiendo...", le preguntó Harry ceñudo, no le había gustado el tono de la bruja al hablar de Dumbledore. Intentó no sonar molesto u ofendido pero se le hizo difícil.

"Oh, Harry, lo siento. A veces olvido que desconoces tantas cosas de tu propio pasado... discúlpame cariño, me refiero a que mi Abuela, como muchos otros magos y brujas, intentó adoptarte para cuidar de ti tras la muerte de tus padres, dado que Sirius, tu padrino, y quien tenía tu custodia prioritaria según el testamento de ellos, fue llevado a Azkaban prácticamente sin juicio, y mi madre, quien era la segunda opción, murió la misma noche... sin embargo, mi Abuela trató de honrar la memoria de mi madre y lo que hubiera sido su deseo intentando adoptarte, pero Dumbledore intervino en el Ministerio..."

"Yo... ¿qué? Yo... guao, no sabía eso... quieres decir que... ¿hubo más personas que desearon hacerlo... aparte de tu abuela?", Hannah asintió seria hacia él.

"Si, Harry, según mi abuela, la otra mejor candidata entre todos los que lo solicitaron era Amelia Bones, la tía de Susan", ella le miró interrogativamente y Harry asintió. Sabía quién había sido Madame Bones. "Ella era soltera, en ese entonces tenía unos treinta años y era solvente, inteligente y una profesional reconocida en el Ministerio. Hubiera sido una gran madre como fue una gran tía para Sue... pero ni ella, ni mi abuela, ni Augusta Longbottom... ni siquiera los Malfoy con toda su influencia, lograron tener tu custodia..."

"¡Qué! ¡¡¿Los Malfoy????!!", prácticamente gritó Harry. Hannah asintió firmemente.

"Si, Harry, aunque obviamente, no eran los mejores candidatos, dado que seguro Lucius Malfoy solo quería tenerte cerca para saber si ibas a ser una amenaza para el regreso de Voldemort o un nuevo Lord Oscuro... o al menos eso es lo que piensa Draco... pero ninguno de ellos tuvo éxito, como te mencionaba", dijo la bruja tristemente mirándole y Harry negó hacia ella.