Nott y el Príncipe

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Harry y Hannah se vieron varias veces en los siguientes días.

El día que se reunieron y él le contó que el segundo sitio que visitó para aprender a pintar tal como se propuso desde hace días, se sentía como el correcto, con un salón estudio pequeño para cada clase, cinco estudiantes por sesión, donde empezaría con clases de solo dibujo, y luego, pasaría a lo demás, oleo, acuarelas, tal vez todo, él quería aprender y solo tenía su intuición para guiarle. Ella lucía encantada.

En otra oportunidad, se vieron para comprar sus instrumentos para sus clases. Ella lucía tan feliz como él mientras escogían lápices, y todo lo demás y ella le sacaba de las tiendas para principiantes y no conocedores y le llevaba a las mejores de la ciudad.

Otro día, Hannah se reunió con él y estaba muy molesta. Ella creía que había salido mal en un examen. Mientras tomaban café, Harry la oyó desahogarse y lanzar una que otra palabrota en francés contra su profesor, diciendo que era un machista, pharisaïque, chauvin et un putain de perdant qui s'est vengé de ses élèves (1)... Harry sonrió por toda la frase y asintió estando de acuerdo, interiormente rogándole a Merlín que ella nunca se molestara así con él, porque Hannah, podría ser dulce, tierna y encantadora, pero él sabía que esta era la misma bruja que había vencido a Fenrir Grayback - cuando Bill Weasley no había podido vencerle a pesar de ser un Rompe Maldiciones de Gringotts - y que ella sin vacilar, habló en los juicios sobre cómo aprendió a zafarse del Imperius junto a Malfoy y le defendió sin dudar ni un segundo, incluso aunque le costó hasta su apellido y su legado. Ella era una bruja que definitivamente era de armas tomar y a él no podía sino gustarle mucho más por eso.

Harry se ofreció para ir y lanzarle una maldición de impotencia al mal nacido, lo que finalmente hizo que Hannah se riera a carcajadas.

"Oh, estoy segura de que ni falta hace... solo un impotente, mal nacido e idiota podría comportarse así", y siguió riendo divertida olvidando su enojo. Harry se sintió en las nubes por poder hacerla reír a pesar de su rabieta.

Después de esa salida en el mercado, se habían separado con un beso dulce y breve cada vez. Harry no quería presionarla a más que eso aún y sentía que había hecho lo correcto.

Ella no le saludaba con un beso en los labios cuando se encontraban pero parecía feliz al separarse de él cuando se besaban a modo de despedida.

Harry sabía que Hannah tenía muros a su alrededor que él para poder pasar debía ganarse el derecho. Cada uno requería que mostrara que era digno de la confianza recibida. Estaba enfocado en el éxito de esta misión de la misma forma en que se empeñó en conseguir y destruir los Horrocruxes, dispuesto a arriesgar hasta lo último de si mismo.

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Un mes había pasado, Harry avanzaba poco a poco pero a la vez sentía que a pasos agigantados en sus clases, él y Hannah se habían visto poco porque ella estaba en exámenes finales. Sin embargo, conversaban por mensaje de texto a diario para saber de su día y en casi todos hablaban aunque fuera por cinco minutos.

Harry le envió un ramo de rosas amarillas con girasoles para felicitarla por haber pasado sus materias de la universidad con buenas notas - eran sus favoritas, las flores amarillas - y aunque pensaba invitarla a cenar, ella se le adelantó: le escribió agradeciéndole por las flores e invitándolo a cenar... en su casa... con Lauren, Jean-Luc y sus hermanos. Harry palideció. Sus hermanos, estaba seguro eran Nott y Malfoy, y hasta ahora, ella los había mantenido fuera de la ecuación.

Harry sabía que ese día llegaría y no sabía si estaba preparado para ello, pero no pensaba vacilar. Aceptó de inmediato.

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Perdido y Encontrado en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora