Amistad con Bases Sólidas

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Para el final de la historia, Harry estaba llorando con Hermione, y por alguna razón, le pedía perdón... Harry sabía que no era su culpa lo ocurrido con su amiga, pero que todo llegara a un punto de acoso porque Ron supo que ella no había sido su primera vez, y sabiendo Harry que había sido con él, disparó un montón de sentimientos de culpa con los que hacía tiempo no había tenido que cargar.

Hermione le aseguró que nada de esto era su culpa o su responsabilidad, que todas las señales de la falta de seguridad de Ron y su opinión sobre el rol de las mujeres en una relación siempre habían estado allí, solo que ella no las había querido notar.

Ella pensó que el hecho de que Ron fuera un Auror y que su trabajo fuera respetado y reconocido, además de su rol en la guerra, le habrían ayudado a superar sus inseguridades y complejos, pero al parecer, había ocurrido lo contrario, necesitaba constante reconocimiento, sentir que era el que tenía dominio en su relación de pareja y también sobre su persona.

Lamentablemente, le aseguró ella, la actitud que había tomado Molly últimamente en su familia no era la mejor, sobre todo con sus nueras y reforzaba la actitud de Ron.

Bill había decidido vivir apartado lo más posible de la Madriguera, y esto luego de que Fleur insistiera en que se fueran a vivir a Francia porque no soportaba que la Molly se inmiscuyera en todo: su forma de tratar a Victorie, su primogénita, la forma en que cuidaba de su casa, el tiempo que dedicaba a dar clases de Hechizos en la Academia de Aurores y hasta en la ropa que se ponía cuando salía a la calle. Al final, luego de conversar por días sobre el tema, acordaron vivir apartados, en otro lugar del país y de reducir lo más posible sus visitas a la Madriguera y limitar las de Molly a su casa. De más está decir que Molly era muy poco amable con Fleur, y a veces, hacía comentarios tan ácidos sobre su nuera que solo se quedaban a comer con la familia y se iban a casa sin quedarse a pasar la tarde del domingo.

De la misma forma, Percy y Audrey vivían juntos pero ésta definitivamente iba lo menos posible a la Madriguera, la pareja vivía en Londres, dedicados a sus trabajos y estudios porque ambos eran amantes de estudiar, y aunque tenían empleos estables, él en la parte de Consultoría del Ministro de Magia y ella como Inefable, a la vez, estaban estudiando Leyes Mágicas... con todo esto, pasaban mucho tiempo en sus actividades y hacían lo posible por no darle mucho terreno a Molly. Percy era tratado aún como un hijo pródigo, apenas era tomado en cuenta en la familia, el mago había hecho ya las paces con ello y no se daba mala vida, no se había alejado completamente de sus padres pero tampoco se sentía mal cuando le obviaban o le hacían un desplante.

Luego de hablar de los Weasley, Harry se decidió a sacar el tema que por tanto tiempo había tenido en mente y sentía había quedado sin un cierre: su noche junto con Hermione en la tienda durante la guerra.

"Yo, siento que de alguna forma lo sucedido entre nosotros esa noche quedó en al aire, Hermione", al ver la cara temerosa de la bruja, se apresuró a aclarar, "No, por favor, no pienses que quise que no eligieras a Ron, o que me debías algo a mi por ello... pero es que fue todo tan repentino, ni siquiera pudimos hablar sobre lo que pasó, y en cómo afectaría – o no – nuestra relación... siempre he odiado la sensación de que es un esqueleto en el closet, como guardarlo como un secreto porque no debió ser, o fue algo malo... y honestamente, jamás he sentido que ese sea el caso...", la miró con expresión de aprensión y sabía que ella se sentía igual.

"Lo sé, Harry... lo siento tanto. Tienes razón cuando dices que todo sucedió muy rápido, el regreso de Ron, la destrucción del guardapelo... y yo estaba tan furiosa con él por haberse ido... por favor, no me mal interpretes, no quiero decir que esa noche dormí contigo por venganza contra él, o por despecho... pero si por la sensación de desolación y soledad que acarreaba en mi corazón... ese día, siento que si ambos no hubiéramos logrado consolarnos mutuamente, con nuestra primera comida abundante en mucho tiempo desde que huíamos juntos... y ese tonto baile con esa vieja radio", rió un poco recordando, "... y lo que sucedió luego... tal vez podríamos haber muerto de pena... se sentía casi como estar muerta en vida antes de eso", Harry asintió y sonrió un poco.

Perdido y Encontrado en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora