Capítulo 20

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Escuchaba un repetitivo ruido, como si estuvieran cayendo gotas o algo así... Mi cabeza dolía cada vez que el sonido volvía.

Una vez más, mi cabeza sentía una aguja en ella. Volvió, otra aguja más. El sonidito ese me estaba desesperando.

Mis ojos seguían cerrados, una ráfaga de viento fresco inundó mis pulmones, luego luz que se coloba entre mis párpados empeoraba el dolor de cabeza.

Poco a poco empecé a sentir que mi cabeza no era la única que dolía, mis extremidades —que hasta el momento no sentía— empezaron a hormiguear.

Sentí que una sábana me tapaba, quise llevar mi cuerpo a un lado para quedar boca bajo pero algo me lo impidió.

Ni mis brazos ni mis piernas se movieron.

En ese instante la ráfaga de recuerdos invadió mí mente...

¡Kody! ¡Lumine!

Por inercia abrí mis ojos. Mi vista se topó con el techo azul pastel y nubes blancas pintadas, con un candelabro perfectamente decorado con perlas.

Reconocería ese techo donde fuera. Mire un poco más allá, la ventana de mi habitación estaba acompañada de un pájaro que no paraba de golpetear la ventana. No era ninguna gotera.

Quise sentarme en mi lugar pero ni mis muñecas ni mis tobillos se movían. Estaban con grilletes de metal.

Sentí mis ojos lagrimear al saber que estaba aquí, en mi casa. Con ella, no pude salvarlos.

Ahora ellos estaban bajo sus manos.

Debí haberme entregado para que los dejara en paz. ¿Por qué no lo pensé antes? Así estarían bien...

¿Están bien?

No lo están, por tu culpa. Dijiste que los ibas a cuidar. Que los ibas a proteger.

¡Mentirosa! ¡No diste tu vida para salvarlos!

¡Ni siquiera sé si Lumine está aquí en Solefor o sigue en Terranevo! ¡O si siquiera sigue con vida!

Escuché la cerradura de la puerta blanca abrirse, rápidamente volví a la posición en la que desperté y cerré mis ojos.

La puerta rechinó y se abrió, luego pisadas de tacones se acercaron a mi.

—Veo que has despertado, Diamond —su voz erizó mi piel —. No juegues a esto ahora. Ya sé que estás despierto/a, seamos maduro/as, por favor —sentí como su mano se acercaba a sacar el mechón que cubría mi cara.

Reaccioné dándome la vuelta para mirarla.

—No me toques.

—Hijo/a, estamos junto/as de nuevo. ¿No estás feliz?

—¿Tú lo estás? —se quedó perpleja ante mi pregunta —¡¿Qué si lo estás?! ¡¡Kody está de nuevo contigo!! ¡¡Y Lumine...!!

—Se llama Orion.

—¡¿Es lo único qué vas a decir?! Si llami Orion. Ñi, ñi, ñi. ¡Respondeme!

—Diamond, tranq–

—Me llamo T/n —articulé frío/a al momento es que recibí una cachetada de su parte.

Me quedé callado/a mirándola con furia. Y mi respiración pesada.

Había vuelto al lugar que tanto odiaba. Con la persona que me hizo odiarla y a mi.

—El lobo... Acompañante de Orion y tuyo está muerto, Diamond.

Lumine y Tú (ella es... ambos?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora