Las Flores de los Vampiros. Capítulo 30. FIN. TERMINADA.

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Silencio y el ruido de hojas que se mueven por el viento es lo que escucho, el cantar de los pájaros y
los sonidos de algunos roedores,
escondida entre unos arbustos esperando a cazar a unos ladrones, que sacan dinero de sus bolsas y se lo reparten descaradamente, después de haber robado a unas cuantas 
personas inocentes.

Esto sí son presas que merecen un castigo.

—¿Lista? —me pregunta Christian a través de la mente, para evitar ser oídos y que se escapen —. Ahora —ordena impaciente.

Salgo y doy un salto, atrapando a uno 
de ellos y Christian a otro, y sin poder 
esperar más, muerta de hambre clavo mis colmillos en su cuello formando dos agujeros considerables, para dejar que la sangre salga y poder beberla.

Bebo y mi cuerpo sacia su sed, así que lo suelto y dejo que se caiga al suelo inconsciente.

—Chica buena —halaga Christian, dándome un beso en la frente orgulloso —. Volvamos a casa, se
hace de noche —advierte con mucha
precaución, observando al cielo melancólico.

—Vale —murmuro, limpiándome la boca con la mano y aprovechando los restos de sangre —. Está rica, no está tan mal es un sabor salado —describo sorprendida, es la primera vez que pruebo sangre humana desde que me convertí en vampiresa.

Volvemos a mi casa y mi madre está con todos poniendo la mesa.

—¿Todo bien? —pregunta, acaricia
mi mejilla con cariño y me da un beso maternal —. Ahora vais a
comer comida de verdad.

—¡Me encantan tus estofados mamá! 
—afirmo, mientras mi estómago ruge
exigiendo comida decente —. ¡No hay
nada como tu comida!

Mamá y papá comienzan a reír y
voy hasta Garret, que tiene a mi
bello hijo, me lo pasa y lo acuno
entre mis brazos, y el bebé me
mira soñoliento y balbucea risueño. 

Le doy un beso en la frente, hace tiempo que lo adoptamos y estamos encantados.

El pobrecito murió sin saber la causa en el hospital, y le salvamos la vida; fue un milagro porque no íbamos con intención de adoptar.

Y todo porque mi madre no se encontraba muy bien, y tuvieron que ingresarla unos días por culpa de una apendicitis.

—¿Se ha portado bien?

—Estupendamente.

El pobre al menos ahora es un vampirito adorable con ganas de vivir y ver mundo.

Crecerá como Isabella y Annabella, aunque más lento que un humano porque es igual que nosotros, inmortal.

Para él el tiempo pasa de una forma muy lenta y lejana.

—Mi niño precioso —musito embelesada, dándole besos sin
parar —. Garret, saluda a papá —añado, dejando que Christian se
turne conmigo para cogerlo.

Lo llamamos como mi hermano, en honor a él por sacrificar a su hermana para no perderme y acabar todos muertos. Sufrió mucho y después estuvo días traumado, todavía tiene pesadillas por ver cómo moría y no duerme bien últimamente.

Ha pasado un mes desde ese evento.

—¡Everyll! ¡Tu mamá hace unas tartas de queso riquísimas! —exclama Anabella, y su hermana Isabella, asiente apoyando el comentario satisfecha —. ¡Qué suerte!

—¿Verdad que sí? ¡Gracias, mamá!

—No es nada niñas, comer más si queréis —las alienta mi madre halagada.

—¡Necesito ir al baño! —musita
Ada, dando arcadas y levantándose 
bruscamente para salir corriendo al
servicio —. ¡No puedo más!

Voy tras ella darle apoyo
moral, y cuando entro llora desconsoladamente y con una
toalla limpio su rostro.

Está embarazada y no esperaba 
tener un hijo, tiene miedo de ser
una mala madre, sin embargo,
Garret está emocionado y como
un niño pequeño con mucha 
ilusión.

—Lo harás bien —insisto tozuda.

—¿Tu crees? —susurra con ojos vidriosos.

—Sí —prometo, dándole un abrazo.

Un maullido inesperado resuena
en la estancia, mis gatos entran a inspeccionar el panorama con ojos acusadores por cómo ha dejado de sucio todo, me muerdo el labio inferior conteniendo las ganas de
reír.

Lucha de miradas entre Ada y
mis gatos, gruñen y la bufan observándola como una intrusa,
ella resopla molesta hasta que carraspea su garganta frustrada
e indignada y prosigue a lavarse la
cara con agua.

—Odio a tus gatos —asegura convencida.

—Son adorables —digo en su defensa.

—Arrogantes.

—Leales.

—Bordes.

—Hermosos.

—Indiferentes —contesto con perseverancia, y obstinada, sacando la lengua a Ada que se queda boquiabierta por mi gesto y sorprendida, y lo devuelve de la misma forma imitándome de mala gana.

—¡Oh! ¡Ahí están! —exclama Isabella,
dando unas palmadas en sus piernas,
animándoles a que se suban en sus 
brazos.

—¡¿Un poco de intimidad tal vez?! 
—espeta sarcástica.

—¡Ellos son más importantes que tú! —sisea Isabella con arrogancia, dejando que Zarpas salte hacia sus brazos y Carbonilla escale su espalda, para enroscarse en su cuello con elegancia.

—¿Lo ves?

—No.

Resoplo agotada y cuando se le
pasan las naúseas volvemos al comedor, donde siguen todos sentados disfrutando de los pasteles
caseros de mamá. No está tan mal ser un vampiro, es cierto que echas de menos el sol, pero tengo un truco para poder notarlo y verlo sin ser quemada en el intento.

Cuando es el atardecer o el amanecer,
aprovecho que todavía hay sombra
para poder disfrutarlo aunque solo
sea por unos segundos, es difícil 
compaginar nuestros horarios con mi
familia.

Sin embargo, lo llevamos muy bien.

—¿Entiendes por qué estamos tan unidos?

Christian asiente emocionado y sorprendido, coge mi mano y besa
mis nudillos acariciando las yemas de los dedos, satisfecho y relajado.

Él no se atrevía al principio ni mirar
a la cara a mis padres. Papá y mamá lloraron y rieron incrédulos por primera vez, cuando les dimos la noticia, pero admitieron aún con dificultad, que ahora tenía otra vida que había aceptado con orgullo y había defendido a mi hermano,
como ellos habrían hecho exactamente igual.

No sólo di la vida por mi hermano, 
sino también por el amor de mi vida 
y mi mejor amiga, Ada. Conocen lo 
cabezota e impulsiva que puedo llegar a ser, y que aunque Christian hubiese intentado frenarme los pies, como lo ha hecho ciegamente, no habría logrado conseguirlo.

Y es que cuando conocí a Christian mi
destino cambió para bien y para mal, 
ya no volví a ser la misma de siempre,
ya era una vampira viviendo entre el
sol y la luna, esperando que la muerte
nos uniera.

Te quiero Christian.



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⏰ Última actualización: Feb 16 ⏰

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