CAPÍTULO 2

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Tarantina

Ha pasado una semana y cuatro días desde que escuche la sentencia de Malecay y la he pasado llorando cada día pensando como podría salir de este problema, ni el mismísimo inframundo es mi infierno, sino al lugar del cual me sacarán de aquí, no puedo huir del inframundo Dereck no me lo permitiría, o bueno, tengo el orgullo bien puesto como para hacerle creer que no soy capaz de enfrentar mi destino.

No quería meter en problemas a Annie así que le pedí que no interfiriera, no la he vuelto a ver y no me ha vuelto a llamar, entre las sirvientes se rumorea que se quedó en la habitación de Dereck follando a no más poder, tal vez eso haya sido lo que retrasó mi partida, ya que Dereck no tuvo tiempo para atender el llamado de Axel, que también escuche entre las malas leguas de las sirvientas que se reían de mi contentas por mi partida, nunca les caí bien siempre me miraron mal por ser la preferida entre las sirvientas, por ser la chica que llegó de la nada y la ex reina la recibió con buena estima.

—Ya me tengo que ir —lloré en el hombre de Annie, Axel estaba allá abajo esperándome.

Annie me acarició el cabello intentando calmarme, tenía tantas cosas en la cabeza que no me encontraba a mi misma.

—Lo siento, no pude hacer nada, lo lamento tanto, pero hablaré con él, no te va a matar. Te lo prometo —aleje mi cara de su cuello y le sonríe triste.

—No puedo escapar de mi destino...

Salgo de la habitación de Annie apretando mi bolso al cuerpo, aquí tengo todas mis pertenencias y recuerdos que me dejó mi madre y poca ropa, cuando estoy frente a las escaleras puedo mirar el autor de mi próxima desgracia, Axel estaba al final de las escaleras con una expresión seria y aburrida.

No había notado que Annie estaba detrás de mi, pero con rapidez me rebasa, baja las escaleras y señala con su dedo índice a Axel.

—Le llegas a hacer daño o a matarla y considérate mi enemigo —le advirtió Annie y lo único que hace es sonreír —, y va muy en serio.

Axel me da una mirada rápida llena de advertencia, se da la vuelta aún sonriendo — no sé qué estará pensando, esos ojos me están intentando desnudar el alma — esa es mi señal para que lo siga, ese hombre tiene el poder para matarme aquí mismo.

—Annie —la voz de Dereck fue lo último que escuche, y para cuando sali del castillo sentí que ya todo se estaba yendo a la mierda.

Axel se giró y escuche por fin su imponente voz.

—De rodillas —me ordena y yo parpadeo un par de veces —, he dicho que de rodillas. Hago lo que me pide —, levanta la cabeza.

Cuando lo hago siento algo frío en el cuello, acabó de colocar un collar, siento como si algo dentro de mí se hubiera apagado... mi magia.

—¿Qué es eso? —pregunto y alza una ceja.

—Te concederé el conocimiento de tu actual desfortunio —su dedo índice toca mi barbilla —, ahora serás mi esclava, este es tu grillete que arrebata tus habilidades y cualquier poder que puedas usar para escapar, de ahora en adelante probaras mi sentencia.

Una cadena apareció en mi cuello y Axel la tomó para comenzar a jalarla.

Íbamos caminando por todo el inframundo y la vergüenza me lleno por dentro al ver como todos los demonios me miraban atentos, unos se burlaban de mí como es típico por aquí; reír de las desgracias ajenas.

MALDITO REY BRUJO [#5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora