CAPÍTULO 6

978 75 6
                                    



Tarantina

Aprieto con mi mano algo duro pero a la vez blando, para ser una almohada es extraño, entierro mi cara en ella y me dejo guiar del nuevo calor, embobada por el sueño.

Siento una mano pesada en mi cabeza que me acaricia el cabello, me sobresalto asustada y me aparto con rapidez.

Cuando mis ojos terminan de enfocar puedo ver a un Axel recostado muy tranquilo en mi cama, el pecho descubierto y una sonrisa lobuna.

—¿Eres acaso su gemelo descarado? ¿Por qué carajos estás aquí?

Él arquea una ceja.

—Yo no fui él que llamo a media noche y en medio de sueños me pidió que me quedara durmiendo a su lado y que para completar se sabe hechizos que desaparecen la ropa, estos pantalones cortos que ves, fueron puestos por mi, de lo contrario seguiría desnudo —trago fuerte y me incorporo mientras analizo mis estupideces.

Nunca me había pasado eso de ser sonámbula, o eso creo que no tengo ni idea.

—¿Cómo te llame? —le pregunto y él agüita su muñeca mostrando una cadenita igual a la que traigo puesta, también trae una pequeña campana que no suena —¿Pero cómo la iba a mover si no tengo magia?

—¿No? Inténtalo —dudo al principio, pero lo hago, con mi dedo impulso mi magia interior a mover la campana y comienza a sonar.

—Me la regresaste —exclamo feliz y sorprendida —, gracias.

—Una futura reina no se puede quedar sin poder.

—Todavía no me puedo creer todo esto.

—Pues comienza a hacerlo, porque es una realidad. Alístate desayunaremos en el jardín trasero —asiento cuando lo veo levantarse de la cama.

****

—¿Es costumbre de tu madre mirar con esa cara? —le digo haciendo que su mirada se desvíe a su madre que me mira como si quisiera apuñalarme con el tenedor de su postre.

No se encuentra junto a nosotros, sino que está como a diez metros de distancia sentada en una tumbona mientras nos observa comiéndose un postre.

Axel se gira a verla y repentinamente la reina sonríe y saluda a su hijo con la mano.

—Sí le caes mal tiende a odiarte más de lo normal —me sonríe, maldita sonrisa de rey atractivo, mira como si fuera a conseguir todo lo que quiera en menos de dos minutos —, te tiene odio porque tiene años de no compartir una mesa conmigo para comer.

—¿Cuánto tiempo es eso?

—Más de noventa años, pero  si soy un poco preciso desde la muerte de mi padre —su ánimo flaquea —, entonces ya sabrás las ganas que tiene de acercarse y de sentarse a mi lado, pero no lo hace porque estás aquí.

—¿Odias a tu madre? —su expresión decayó totalmente.

—¿A qué viene esa pregunta? —dice mirándome con atención.

—Me has dicho que tu madre da órdenes sin tu aprobación y no es nada parecido a ti, tú eres más clemente que ella —toma su taza de café y bebe para después sonreírme.

—Tenemos una relación muy justa, pero como has visto es mi madre y ella siempre ha estado detrás de mi para establecer una relación, pero no la odio.

—Entonces lo resumo como complicado —tomo mi chocolate.

—Te llevaré con la yegua, ¿sabes montar? —niego con la cabeza y él se levanta —, pues te enseñaré, vamos.

MALDITO REY BRUJO [#5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora