MALDITO REY BRUJO [#5]

CAPÍTULO 15

Tarantina

—Debería estar agradecida porque puede mover el pie, en vez de gritarme como una loca cada vez que me ve, ¿no se aburre? —le digo a la reina mientras bebo un café y la miro recostada en el espaldar de la cama.

Me dijo a gritos que no le importaba lo que tuviera que hacer, pero que movilizara su cuerpo más rápido. Ya mueve los brazos, las manos y los pies, le falta el resto del cuerpo, pero no se puede si restaurar.

Ya quisiera matarla de una vez.

Pero lo que no sabe es que al final todo ese progreso se irá al carajo como vuelva a usar con alta frecuencia la magia negra y no creo que la deje, porque se siente tan mal de que yo se la haya tomado toda que su mero rencor hacia mi me llena.

—Ya te puedes largar, no quiero respirar el mismo aire que tú, desperdicio de bruja —le hago una reverencia en burla y con mi gran sonrisa le informo.

—Me retiró con la mejor experiencia —suelto con sarcasmo —, escuchar sus chillidos de quejas.

Una cantidad de insultos vienen acompañados y yo solo ruedo los ojos aburrida de lo mismo de siempre.

Me metí a la cocina y saqué dos cafés, tengo que probar la confianza con la cual me recibiréis una bebida, si es muy seguido o nulo su acercamiento tendré que tener otras estrategias.

Cuando salgo de la cocina me topo con Martín que sin discreción comienza a fantasear en mi cara.

—Quiero que tengamos algo más serio —la sorpresa de su ocurrencia se transfiere a mis oídos y le sonrió.

—No, Martin, tú y yo jamás podríamos funcionar.

—¿Lo dices por mi estrato?, gano poco, pero seguiré ganando más, te prometo que te daré un mejor futuro —de me acerca, pero cuando mira detrás de mí da un paso hacia atrás.

Aprieto mis labios pintados de negros.

—Creí haberte soltado condicionalmente, si la vuelves a joder, esta vez no habrá nada sobrenatural que impida que te mate —cuando siendo el calor de su cuerpo me aparto con rapidez.

Martín da un paso hacia atrás, pero con la cabeza levantada enfrenta a Axel.

—No estoy haciendo mal mi trabajo, rey, solamente estoy hablando con una mujer que me gusta —no estoy segura de que carajos le pasa o porque mierda se comporta como si estuviera enamorado cuando fue un jodido imbécil, pero de calienta a mi espalda dejándome confundida.

Fue fácil ver como agarro por el cuello a Martín y en un solo apretón lo quema, Martín grita, la furia de sus ojos dorados de Axel  brilla y yo solo me quedo estática.

—Lárgate de mi castillo —Martín explaya los ojos y cae al piso.

—Rey... —pide desde el piso.

—Vete —ordenó con plena voz funesta.

Martín se levanta y me mira solo a mi.

Yo guardo silencio y le doy la carta dominante a Axel temporalmente, esta es la única forma en la que se deje llevar.

Cuando Martín desaparece del radar se gira a verme, la rabia palpita en su cara y la sorpresa se refleja en mi mirada y aunque no me pueda ver en un espejo lo sé.

—¿Quieres café? —le ofrezco y él lo mira y me mira.

Lo toma y se lo bebe de una, no está tan caliente, pero algo se sentirá.

—Es momento de recibir la gran visita —dice la reina tiesa desde su silla de ruedas, tiene dos guardias a los lados que fueron los que cargaron la silla por las escaleras.