CAPÍTULO 11

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Tarantina

80 años después

Troto por el bosque como cosa común de todas las mañanas, estoy preocupada por Annie, no ha parado de beber la pócima y por más que la arreglo sigue siendo contraproducente para su útero.

Y hablando de ese tema como olvidar que casi me linchan en el mundo humano cuando las mujeres con el corazón roto se enteraron que se volvían estériles por ese líquido, no saben ni lo difícil que es correr con vestido largo y tacones, así que estoy sobreviviendo con las pocas monedas de oro que me quedan porque ahora nadie me va a comprar y no quiero viajar muy lejos de la manada.

Pero como soy mujer de soluciones estoy creando la pócima que es capaz de restaurar la fertilidad, a ver si esa la vendo también para ganar y que me dejen de odiar.

No la comencé a fabricar por esas cotorras humanas, sino por Annie que se ha vuelto más cerrada, pero no la culpo porque también estoy así.

Me detengo cuando llego al portal del Inframundo y escucho a la guardiana del portal hablar con otra bruja.

—La reina está enferma de casi muerte, estamos buscando a una curandera, la mejor, si está por aquí avisa al reino, necesitamos a alguien que sea capaz, muchos han intentado y la reina simplemente sigue en cama.

—Estaré en busca de una buena bruja también.
La otra bruja asiente y se va volando.

Mis alarmas se encienden cuando una idea terrible me llega, creo que debería... sí, es el momento en que cobre mi venganza, la vieja no era tanto problema si le doy una falsa mejora y más fácil sería sin sus poderes, solo tendría que preocuparme por darle al rey un veneno final que destruya a paso moderado sus estomago y que lo reviente mientras mira como corto sus pelotas y se las hago tragar.

Por suerte aprendí muchas cosas de curandera y ese es mi otro trabajo en la manada, pero solo lo ejerzo con pocos ya que no quiero dejar al descubierto que soy bruja.

Lo que creen aquí es que soy una curandera humana y un mal intento de imitar ser bruja.

Lo pensé todo el día, hasta hice mis maletas, no fue hasta la noche que estaba sentada en una mesa en un bar equis cuando decidí en preguntarle que opinaba a Annie.

—¿Qué piensas si te digo que ya es momento de irme y vengarme? —ella me mira con los ojos perdidos y la boca abierta.

—¿Ya? —deja la botella de vodka en la mesa —, se que ya van cien años y que es demasiado, pero... ¿y si te matan? El ahora tiene como doscientos años de experiencia y tú solo cien.

—Estoy lista, además, confió en que no me mataran... con rapidez —ella me pone las manos en los hombros y se pone triste.

—Si es lo que tú corazón tanto desea, ve... pero que no te maten, sino me quedaré sin quien chismear —me acerca la botella a la cara —, ahora otro trago que deseo emborracharme más de lo que ya estoy —, grita emocionada y se va hasta la barra para jalar a Daniela que estaba intentando conquistar al bartender.

De seguro no se acordará de nada de lo que le dije.

Me coloque de pie y las seguí cuando encontraron a las tres víctimas de la noche, me dejaron el pelirrojo a mi y en medio de una puta orgía con mis amigas solo podía imaginar las miles de reacciones cuando me vean otra vez.

Al día siguiente como lo imaginé Annie no recuerda ni un carajo y eso es por estar echándole de mis polvos al vodka.

Intenté decírselo muchas veces, pero siempre se atravesaba algo, sino era un chico invitando me a fornicar, ella estaba follando o ella estaba tan borracha por mis polvos que le echaba al licor, así que se los quite para que estuviera lo suficiente consciente como para recordarlo al día siguiente.

MALDITO REY BRUJO [#5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora