𝐗𝐗. 𝐏𝐑Á𝐂𝐓𝐈𝐂𝐀𝐒 𝐍𝐎𝐂𝐓𝐔𝐑𝐍𝐀𝐒.

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Después de que Harry la dejará en su sala común con una expresión preocupada, Harry no pudo encontrar una manera de calmar a la castaña mientras Ellis caminaba frenéticamente y hablaba en francés, provocando que Harry la mirará muchas veces sin entender nada de lo que decía.

-Comment ont-ils pu penser à faire une telle chose ?

«¿Cómo se les ocurre hacer algo así?»

-Ellis...

-Ils sont tous fous dans leur tête !

«¡Están todos locos de remate!»

-Ellis...

-Dragons ! Putain de dragons !

«¡Dragones! ¡Malditos dragones!»

-Ellis...

-C'était si difficile d'avoir un animal qui ne vous considère pas comme son dîner ?! Un putain de chat était une meilleure option !

«¡¿Tan difícil era conseguir un animal que no te considerara su cena?! ¡Un puto gato era mejor opción!»

-¡Ellis! -Grito Harry, provocando que la castaña dejara de hablar sola en francés y lo mirara, sin entender por qué gritaba.

Harry tosió nervioso por la mirada de Ellis.

-Perdón, no tuve que gritar, simplemente no sabía cómo sacarte de tu pequeña discusión. -comentó Harry, todavía nervioso.

Ellis se rió en voz baja, divertida.

-Tranquilo, solo perdí un poco los estribos, -respondió Ellis con una pequeña mueca- Solo estoy... estoy preocupada por ti y por Cedric.

Harry sonrió levemente cuando escuchó que Ellis también estaba preocupada por él, pero eso no ayudó a aliviar su preocupación por la primera prueba.

-Tenemos que mantener la calma para encontrar una solución -dijo Ellis, mordiéndose ligeramente el labio inferior.

-Tenías razón cuando dijiste que los dragones que viste en tu... ¿Visión?, estaban relacionados conmigo.

-Bueno, no creo que sean visiones, -aclaró Ellis- Pero sí, no pensé que serían la primera prueba, están empezando con todo.

-El mundo mágico a veces puede sorprenderte, ¿ no crees? -comentó Harry con una pequeña sonrisa, intentando hacer una broma.

-Justo cuando creo que ya nada puede sorprenderme, siempre me equivoco -respondió Ellis riendo levemente y siguiéndole el juego

A la mañana siguiente, después de esa pequeña conversación, Ellis se despertó, todavía preocupada, se dio un baño rápido y se vistió. Iría a contarle a Cedric sobre lo que había visto junto con la advertencia que había sentido días atrás.

𝗢'𝗕𝗿𝗶𝗲𝗻¹: 𝗘𝗹 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗲𝗻𝘇𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora