𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈. 𝐋𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐀.

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Ellis pasó la tarde del jueves con Harry, mientras Hermione estaba en la biblioteca, y Ron aparentemente estaba con sus hermanos. La castaña había estado evitando a Cedric y un poco a Emily durante dos días seguidos, no porque estuviera enojada con ellos, sino porque Ellis sentía que no era digna de confianza para que sus mejores amigos le revelarán aquel secreto tan grande de antemano, que ellos no le confiaran sus sentimientos, y aparte que tuvo que descubrirlo de mala manera, eso le entristecía un poco.

Cedric le explicó todo, que lo de Cho Chang fue un malentendido, que no había nada entre ellos y que la razón por la que estaban en ese armario era porque alguien le había jugado una mala pasada a la asiática encerrándola allí; Cedric la saco y Cho se lanzó hacia él por lo asustada que estaba, el castaño la consoló por varios minutos, la asiática confundió las cosas entre ellos y lo beso. Fue ahí cuando llegó Emily malinterpretando todo.

Podía sonar sorprendente, pero Ellis le creía, había visto la expresión sincera y triste que tenía Cedric cuando le contó todo. Pero Ellis sabía que Emily la estaba pasando mal y también sabía que el Hufflepuff no tenía la intención de lastimarla, pero indirectamente lo hizo. Después de hablar con Cedric, fue con la pelinegra para estar ahí para ella y pasar todo ese día con su mejor amiga, pues bien dicen que entre chicas se entienden los sentimientos.

Y aunque entendía a las dos partes, aun así se sentía incómoda por estar en el medio de los dos, ya que ninguno se dirigía la palabra aún, solo cuando era estrictamente necesario y eso a la castaña le frustraba, por eso ahora pasaba la mayor parte del tiempo con los Gryffindor y a veces con Jack y Zack quienes andaban confundidos por el comportamiento de la Slytherin y el Hufflepuff.

En ese momento, Ellis estaba con Harry en la cocina del castillo. Como no encontraban un lugar donde estar a solas, fueron a las cocinas, saludaron y charlaron un rato con Dobby y al cabo de un rato, ambos jóvenes se sentaron bastantes apartados de todos los elfos para tener más privacidad.

—Entonces... ¿Qué pasa, Pecas? —preguntó Harry, mirando a la Hufflepuff—. He notado que estás un poco desanimada y no has pasado mucho tiempo con tus amigos.

—¿Estás cansado de pasar tanto tiempo conmigo, Potter? —bromeó Ellis, levantando una ceja.

—Jamás podría cansarme de ti, O'Brien —contesto con un guiño coqueto.

Ellis se sonrojó, haciendo reír a Harry.

—Está bien, esto puede sonar un poco loco o demasiado loco según se mire —Ellis comenzó a explicar porque en serio necesitaba a alguien con quien hablar—, Pero recientemente descubrí que mi mejor amiga y mi mejor amigo tienen sentimientos el uno por el otro desde hacía bastante tiempo y ninguno de los dos me dijo nada. La forma en que me enteré fue bastante... ¿Mala? No lo sé, toda la información llegó de golpe.

𝗢'𝗕𝗿𝗶𝗲𝗻¹: 𝗘𝗹 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗲𝗻𝘇𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora