𝐗𝐗𝐕𝐈. 𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐈𝐂𝐈𝐀 𝐃𝐄 𝐑𝐈𝐓𝐀 𝐒𝐊𝐄𝐄𝐓𝐄𝐑.

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Todos se levantaron tarde el 26 de diciembre. La sala común de Hufflepuff se encontraba más silenciosa de lo que había estado últimamente, y muchos bostezos salpicaban las desganadas conversaciones.

Ellis se encontraba con su grupo de siempre, acostada en el sofá frente a la chimenea mientras usaba el regazo de Zack como almohada y reposaba sus piernas en el de Jack. La castaña ignoraba las preguntas les hacían ambos gemelos, pues estos tenían una gran curiosidad por saber la razón de la ausencia de ella y de Harry ayer en el baile de Navidad.

—¿Dónde estuviste ayer, cariño? —preguntó Zack nuevamente y la miró fijamente.

—Gafitas y tú desaparecieron misteriosamente —añadió Jack, entrecerrando los ojos.

—Pero qué chismosos sois vosotros dos —La voz adormilada de Cedric hizo acto de presencia. Este había sido el último de ellos en despertar y todavía estaba medio dormido.

—¡Ey! No podemos prescindir de los buenos chismes —Se defendió Zack.

—¿Sin importar que el chisme tenga escenas para adultos? —Emily habló, levantando una ceja y formando una sonrisa maliciosa en su rostro. Los gemelos la miraron al mismo tiempo y ella añadió—: Quiero decir, ¿de verdad quieren saber si Jamie ya probó del fruto prohibido?

Ellis abrió sus ojos de golpe y un color rojizo apareció en su rostro con rapidez porque había entendido aquella referencia.

—¡Emily!

La pelinegra soltó una carcajada mientras esquivaba la almohada que su amiga le había arrojado. Esta estaba sentada sobre las piernas de Cedric y apoyaba su cabeza en el hombro de él, dejando que jugará con los mechones azabaches de su cabello.

—¿Me equivoco? —dijo entre risas la Slytherin.

—Sí, te equivocas —respondió Ellis con irritación mientras se acomodaba en su lugar dejando de utilizar a Jack y a Zack como almohadas.

—Aunque… ¿Ni siquiera hubo un beso entre ustedes? —preguntó Cedric, mostrando ahora curiosidad en la conversación.

Ellis se sonrojó un poco y desvió la mirada en respuesta.

—Bueno… es complicado… digo puede que sí… A lo que me refiero es que…

Y de pronto, un estallido de carcajadas se escuchó en toda la sala común, haciendo que el rostro de Ellis se pusiera aún más rojo de lo habitual, y que muchos alumnos que pasaran por ahí recién levantados los miraran mal por hacer tanto escándalo, sin quitar que los gemelos se levantaron de sus asientos y comenzaban a cantar una ridícula canción para fastidiar más a su adorada prima.

—¡Por fin te beso! —dijo Emily riéndose de la canción que cantaban los gemelos.

—¡Sois novios, sois novios! —comenzó Zack dando vueltas con Jack, quien se reía por la cara sonrojada de Ellis.

𝗢'𝗕𝗿𝗶𝗲𝗻¹: 𝗘𝗹 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗲𝗻𝘇𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora