𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈. 𝐄𝐋 𝐀𝐑𝐓Í𝐂𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐄 𝐑𝐈𝐓𝐀 𝐒𝐊𝐄𝐄𝐓𝐄𝐑.

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Los días siguientes Ellis no podía evitar reírse a carcajadas junto con Emily y Theodore, pues este último había hecho de la suyas. Malfoy pasaba por los pasillos del castillo, tapándose la cara y el cabello, el cual lo tenía de un intenso color rojo, casi igual a los cabellos de la numerosa familia Weasley y en la cara se le podía ver un hematoma morado en su mejilla, cortesía de Theodore por haber insultado a Ellis.

Al principio a Ellis no le había agradado mucho lo que el Slytherin le había hecho en la mejilla, Malfoy ya tenía mucho con el puñetazo que Ella le había dado y ahora su cabello rojo fuego, pero entre Emily y Theodore lograron convencerla de que no se preocupara tanto.

—Sigo diciendo que te pasaste un poco —dijo Ellis mirando a la mesa de Slytherin a Draco Malfoy, que se ocultaba en el gorro de su túnica y de vez en cuando les lanzaba miradas no tan agradables.

—Mm, nop, yo creo que debí hacer más —contesto Theodore mirando hacia Malfoy con los ojos entrecerrados, pensativo, pero al ver que le devolvía la mirada, Theodore le sonrió y le guiño un ojo.

—Ya deja de mirar al rubio que si las miradas matarán nuestras lápidas dirían “Fueron felices hasta que se toparon con la mirada del basilisco rubio” —comento Emily con sarcasmo haciendo reír a la castaña y al pelinegro.

—Por Merlín, ustedes dos son un caso serio —dijo Ellis mientras negaba ligeramente con la cabeza y recibía grandes sonrisas de parte de los hermanos Nott.

Al pasar los días, Ellis pasaba tanto tiempo con Harry, que fue lo único que ayudó al azabache a sobrellevar las siguientes dos semanas, la única luz en un horizonte que nunca había estado tan oscuro. Se le había pasado ya un poco el horror de verse a sí mismo convertido en campeón del colegio, y su lugar empezaba a ocuparlo el miedo a las pruebas a las que tendría que enfrentarse. La primera de ellas estaba cada vez más cerca. Se la imaginaba agazapada ante él como un monstruo horrible que le cerraba el paso. Nunca había tenido tantos nervios.

Mientras tanto, la vida en el castillo se había hecho aún menos llevadera para Harry, porque Rita Skeeter había publicado su artículo sobre el Torneo de los tres magos, que resultó ser no tanto un reportaje sobre el Torneo como una biografía de Harry bastante alterada. La mayor parte de la primera página la ocupaba una fotografía de Harry, y el artículo (que continuaba en las páginas segunda, sexta y séptima) no trataba más que de Harry. Los nombres (mal escritos) de los campeones de Durmstrang y Beauxbatons no aparecían hasta la última línea del artículo, y a Cedric no se lo mencionaba en ningún lugar.

El artículo había aparecido diez días antes, y, cada vez que se acordaba de él, Ellis todavía sentía ardores de estómago provocados por el enojo. El artículo de Rita Skeeter lo retrataba diciendo un montón de cosas que ella sabía que Harry nunca diría y menos a una periodista de cuarta.

𝗢'𝗕𝗿𝗶𝗲𝗻¹: 𝗘𝗹 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗲𝗻𝘇𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora