Los investigadores atendieron la llamada de Regina por la mañana, tras el recuerdo tan vívido de su marido rondándole por la cabeza toda la noche. Laine con su bloc de notas en la mano optó por no sentarse en el amplio sofá de la sala. Todavía conservaba la figura simpática y justa del detective, a pesar de la altura y el bigote. No parecía el más curioso, pero tampoco el menos, estaba allí porque quería esclarecer los hechos y para hacerlo, volvería las veces que fueran necesarias. Radesh, algo más atrás, tenía las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta y permanecía atento en el momento en que Regina llegó acompañada de Emma. La rubia, por su parte, estaba tan recelosa de lo que Regina había recordado que tampoco pudo dormir apenas. No habían conversado durante la noche sobre aquel asunto, porque Regina tenía miedo de tener la razón en su hipótesis. La señora Mills pidió que los detectives se acomodasen, pero ninguno quiso aparentar demasiada confianza. Era preferible ir derechos al asunto.
‒ Señora Mills, ¿qué cree exactamente que ha recordado?‒ cuestionó Laine
‒ Detectives, creo que quien conducía el vehículo la noche del accidente era mi marido‒ comenzó ‒Ayer, de casualidad recordé el comportamiento de Daniel en algunas ocasiones. Le gustaba beber, consumir bastante whisky. Lo pueden confirmar con mi ama de llaves, la señora Cora, que trabaja con nosotros desde hace 15 años. Aunque los exámenes no hayan señalado la presencia de alcohol en su sangre, creo que es posible que antes del accidente haya podido haber consumido un poco. No sé si durante el viaje los dos nos peleamos por cualquier motivo, pero nada me saca de la cabeza que antes pueda haber consumido.
Laine hizo una anotación y volvió a mirar a Mills.
‒ Bien, ¿entonces podemos suponer que se produjo una discusión mientras se conducía el coche? ¿Puede aclararnos si venían de algún evento cuando el coche se accidentó?
‒ Creo que sí. Por ese motivo él perdió el control del vehículo.
Radesh sacó algo del bolsillo, una hoja doblada de revista. Se la enseñó a Regina y había una foto de ella con Daniel y otras dos personas que apenas recordaba quiénes eran. A pie de foto, de lo que parecía ser una columna de ricos y famosos, leyó su nombre, el de Daniel y el de la pareja que aparecía. Eran los dueños de una influyente firma de la región.
‒ Su intuición era cierta‒ dijo el muchacho hindú ‒ Esta foto fue sacada la noche del accidente. Es el último registro de su marido con vida. A propósito, si quiere, puede quedarse con la página, tenemos una copia en el departamento de policía.
Regina agarró la hoja y se vio al lado de Daniel y de una pareja aparentemente familiar.
‒ Para que se centre, ese hombre es el dueño de Hammer, y la mujer es su esposa. Ellos los invitaron a ustedes, los Mills & Colter, a una fiesta en su mansión en Zelda's Field.
‒ Sí, recuerdo que hice negocios con ellos. Algo vago, pero recuerdo‒ Regina miró al muchacho ‒ ¿Estuvieron con él tras lo ocurrido?
‒ Sí. También investigamos si el vehículo fue saboteado por órdenes suyas. Pero no hay nada que indique esa hipótesis‒ explicó Laine
‒ Es una hipótesis, como Laine acaba de decir, señora. Creo que ahora vamos a necesitar más que nunca su ayuda para cerrar el caso‒ dijo Radesh, volviendo a meter sus manos en los bolsillos.
‒ De cualquier forma, les pido que me mantengan informada si encuentran cualquier indicio de que fuimos saboteados. Lo que yo recuerde, estaré dispuesta a contárselo.
‒ Lo sabemos, señora. Gracias por habernos llamado. Vamos a seguir investigando lo ocurrido hasta que la señora pueda confirmárnoslo. Y por supuesto tendremos en consideración lo que acaba de contarnos.

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Bury
Fiksi PenggemarCuando Regina Mills sufre un trágico accidente, su marido y sus hijos mueren, y ella pierde su memoria. Al despertar del coma, dos meses más tarde, la empresaria intenta recuperarse poco a poco del trauma, dándose cuenta de que incluso antes del fat...