Capitulo 30: Mi madre es...

2K 273 12
                                    

Pov Sam

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pov Sam

Lo viera por dónde lo viera... La hija del jefe Swan era extraña, cualquier persona hubiera huido de mi al encontrarme de esa forma, pero ella... Parecía bastante acostumbrada a ese tipo de situaciones, lo suficiente como para detenerse a hacer preguntas.

— Ahora, terminate todo lobito — pidió — Luego me cuentas eso de tu bonificación...

La había visto un par de veces en casa de Harry Clearwater, cuando iba a buscar a Seth para salir de paseo al bosque, también cuando le llevaba el almuerzo a Billy o al viejo Ateara, en mi experiencia ninguna niña de trece años sale sola al bosque o visita a los ancianos de nuestra tribu... La mayoría prefería ir al cine con sus amigas o en su defecto de compras.

— ¿Esta rico?

— Bastante, sí... Gracias

— Eso es bueno—  ella sonrió como si le hubiera dado el mejor cumplido— ¿Sabes?... Es extraño, recuerdo que... Hay una leyenda en tu tribu que habla sobre esto, me la contó hace muchos años el viejo Quill

— ¿Y crees en esas tonterías?

— Bueno, ¿Entonces cómo explicas que te conviertas en un perrotote?

— No puedes estar hablando enserio

— Oh vamos, no seas tan incredulo— suspiro — Como sea, ¿Te paso algo antes de que te transformaras?, ¿Tal vez viste a alguien?

— No que yo recuerde...

— Bueno... ¿Has visto a Allison?— ella cambio el tema de la nada, como si conociera a mi madre desde hace años

— ¿Cómo sabes cómo se llama mi madre?

— ¿Es una broma?— ella me miró estando un poco ofendida— Vengo aquí todas las semanas... Bueno no precisamente aquí, a la reserva y la veo de vez en cuando, además... Ella le pidió a Percy que llevará tu fotografía a la comisaría para que Karl la archivará, como papá no está, creo que pensó que era la única forma de asegurar que la policía te buscará

— ¿Y tú crees que no hubieran hecho?, ¿Encontrarme?

— Oye, te aprendería ver la cantidad de cosas extrañas que mi padre ha visto — suspiro — Además, desapareciste casi dos semanas, ¿Por qué no buscaste ayuda?

— Como si fuera tan fácil...

— Pues lo fue... Al menos para mí, tal vez  para la siguiente ocasión que te suceda debería darte algo con lo que la gente pueda reconocerte, algo... Cómo la plaquita de los perros

— ¿¡Puedes dejar de hablar!?

—  ¡Hay pero que caracter!... Espera, ¿Por qué sale humo de tu espalda?— dijo para después estampar su mano en uno de mis pectorales — Di inmortales... ¡Estás ardiendo!

MAGIA INMORTAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora