I. The very first sight

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Capitulo 1
El primer encuentro
my name it's Betty

Capitulo 1El primer encuentromy name it's Betty

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Omnisciente.

El silencio reinaba en la habitación de Betty Watson, la calurosa noche de verano causaba que todas las mantas estaban dispersadas por la habitación y el aire acondicionado prendido.

Ignorando el calor de aquella noche, fue una noche increíble. Las estrellas brillaban en su mayor resplandor, causando que haya seguridad en la noche. La poca luz que entraba por la ventana era perfecta para poder descansar con tranquilidad. Sin embargo, no era lo que sucedía, la pequeña rubia se encontraba mirando el techo mientras intentaba dormirse. Lo que sucedía era que a la mañana siguiente sería el primer día de clases, y a pesar de que era la misma escuela de siempre, tendría muchos nuevos compañeros.

"Vamos, Betty, tú puedes dormirte. Mañana solo es el primer día de clases". Se repetía una y otra vez en cabeza de la niña, esperando que en algún momento pudiera dormirse.

Cuando por fin la joven Watson logró dormirse se despertó con el asombroso aroma de las galletas que su madre estaba terminando de preparar. Su madre, Helena, solía despertarse muy temprano para poder preparar un gran desayuno para su hija y su esposo.

Betty se paró ansiosa de su cama y se dirigió hacia su armario mientras la luz del día alumbraba la habitación. Tomó la ropa que habían elegido la noche anterior con su madre. Se la cambió y tomó el peine y el cepillo para comenzar a bajar las escaleras.

—Hola, Betty —dijo su padre mientras cerraba el diario que estaba leyendo.

—Hola, papá —contestó ella mientras lo saludaba y abrazaba.

Su madre llegó al comedor para dejar en el plato de su hija algunas galletas y un abundante vaso de leche. Si hay algo en lo que Helene destacaba era en la cocina, todas sus comidas eran estupendas.

—¿Estás nerviosa? —preguntó Helene mientras se sentaba a un lado de su hija.

—Sí, demasiado —contestó la niña, ellos sabían lo auto-exigente que era su hija y ese mismo día iba a comenzar la primaria, por lo que les generaba un poco de malestar pensar en cuán estresada iba a estar la pequeña Betty.

—Estarás bien —la animaron sus dos padres.

Apenas Betty terminó de comer su desayuno, fue hacia el carro para ir hacia su escuela.








Betty.

Los nervios me consumen, apenas pase por la puerta, con ayuda de uno de los profesores llegue a mi salón. Esa habitación estaba repleta de niños, todos parecían estar sumamente contentos por haber empezado nuevamente las clases.

Aquí estaba, en mi aula de primer grado de primaria. Las paredes están decoradas con dibujos coloridos, letras grandes y números brillantes. ¡Ah, y las ventanas dejan entrar la luz del sol que ilumina todo el lugar! En el frente, está el pizarrón lleno de garabatos y palabras escritas por mis compañeros con las tizas de colores de mi maestra.

Cuando la profesora llegó, nos indicó a mis compañeros y a mí que nos sentaremos en unas mesas, cada uno de nosotros tenía una pequeña silla propia que tenía varios colores brillantes. Sobre la mesa había crayones y lápices esparcidos. Cerca de donde estaba sentada había un sector de lectura, cerca de él había varios cojines y muchos cuentos.

Nuestra profesora siempre estaba sonriendo mientras nos decía que dibujemos y pintemos algo relacionado con nuestras vacaciones y que luego, para finalizar la actividad, se las contemos a nuestros compañeros de mesa. Por lo que decidí enfocarme en esa tarea.

—Lo siento —dijo un chico mientras tomaba uno de los lápices que estaban cerca de mí.

—No te preocupes —dije levantando un poco mi brazo, haciendo que él pudiera tomar con mayor facilidad el lápiz.

—Muchas gracias, ¿Cómo te llamas? —me preguntó el chico.

—Beatrice, aunque todos me dicen Betty —dije mientras le sonreía levemente —. ¿Y tú?

—Alex.

Luego de nuestra pequeña presentación, seguimos con nuestra tarea de hacer ese gran dibujo. Mire mi obra maestra antes de dar una gran sonrisa para mí misma.

Mi dibujo se trataba de uno de mis días favoritos de las vacaciones, mi día de campo con mis papás, qué fue lo más emocionante. Dibujé un gran campo lleno de flores y árboles altos donde hicimos un pícnic. Pinté a mis papás sonriendo y yo con una enorme sonrisa, comiendo sándwiches y jugando a atrapar mariposas. Dibujé una manta a cuadros donde nos sentamos y una cesta llena de cosas ricas para comer: manzanas, zanahorias y galletas. El sol brillaba mucho en mi dibujo y se veían pájaros volando por el cielo. Mis papás y yo estábamos tan felices que hasta las nubes tenían caritas sonrientes.

Cuando todos mis compañeros de mesa terminaron de realizar sus dibujos tuvimos la primera oportunidad de presentarnos.

Las pequeñas mesas eran de cuatro personas, por lo que en la mía estaba yo, Alex, una chica y un chico con los cuales no había tenido la oportunidad de hablar con ellos.

—Hola, mi nombre es Tamara y les voy a mostrar mi dibujo. Representa una de las salidas que tuve con dos amigas —dijo la chica mientras nos enseñaba su gran habilidad en el arte del dibujo.

Tamara tenía ojos vivaces y expresivos, grandes y avellana oscuro, que parecían brillar con curiosidad y energía. Su cabello era liso y de un tono castaño claro, con mechones sueltos que enmarcan delicadamente su rostro. Su piel tiene un tono claro y radiante, acentuando su aspecto saludable y enérgico. Llevaba una sonrisa amable y contagiosa, que iluminaba su rostro y refleja su personalidad cálida y amigable.

—Es muy hermoso —le dije mientras sonreía con amabilidad. Tamara me devolvió la sonrisa e hizo un pequeño agradecimiento.

La palabra pasó a un chico, ese muchacho era un niño de contextura delgada y estatura promedio para su edad. Tenía cabello castaño oscuro, corto y con un estilo bastante clásico. Sus ojos eran de color azul claro y expresivos, con cejas prominentes que le daban un aire de curiosidad e inteligencia. Su rostro redondeado mostraba una sonrisa amigable y unos hoyuelos que se presentaban al reír.

—Hola a todos, mi nombre es Kevin y en mi dibujo estamos con mi familia en el cine —dijo el chico mientras sonreía.

En mi opinión, no era tan bueno como el de Tamara. Sin embargo, tenía su esencia que lo hacía único y hermoso. Cuando el joven chico terminó de contar sus recuerdos que lo inspiraron para su dibujo. La palabra fue directa hacia Alex. Él mostró su dibujo con mucho orgullo, un dibujo de él y su perro jugando por los prados.

—¿Tienes un perro? —pregunté con cierta emoción su voz.

—Sí, algún día puedes ir a conocerlo —dijo mientras me sonría.

Salí de mi primer día de escuela con una clara felicidad que aumentó al ver el carro de mi madre estacionado en la puerta. Camine felizmente hacia la puerta del carro para meterme en él.

—¿Cómo te ha ido en el primer día de escuela? —pregunto ella mientras volteaba a verme.

—Increíble, me hice amiga de un chico que se llama Alex y una chica que se llama Tamara —dije mientras sonreía.

—Me alegro mucho —dijo ella mientras me devolvía la sonrisa. 



Hola a todoss, como estan? espero que bien. 

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Betty - Alex WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora