II. Homesick

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Capítulo 2
Nostalgia
Look at me, I feel homesick

Capítulo 2Nostalgia Look at me, I feel homesick

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Alex.

No sabía nada de Betty hace casi unas 12 completas. Si bien sabía que estaba en el avión y que no había señal a internet, algo de mí quería saber si se encontraba bien.

Yo sabía que ella nunca tuvo una buena relación con sus padres y más ahora que la habían alejado de aquí. No entendía por qué ellos siempre tenían que hacerla sentir menos, insuficiente. Sin embargo, ella podía ser todo menos eso, Betty es la persona más asombrosa que conozco y la mejor amiga que podía tener.

Estaba tirando en mi cama, viendo el techo. Mi celular estaba reposando en mi pecho mientras intentaba dejar en pensar en mi amiga. Nathan estaba a mi lado intentando darme una buena compañía, pero únicamente quería estar solo.

—Alex, hermano, me tengo que ir. ¿Seguro que estarás bien? —pregunto Nathan.

—Sí, quédate tranquilo.

Después de decir eso volví mi mirada hacia el techo, el celular comenzó a vibrar en mi pecho. Lo agarré rápidamente y sonreí al ver de quién era.

«Aterriceee», el mensaje era de Betty, seguido por uno de Tamara, «Como estuvo el viaje?, te extraño mucho Bet». Tome el celular para escribirle: «Como se encuentra Indie?». Mi amiga no tardó en responderme con una foto, lo que me hizo sonreír.

En la foto había un bolso gris que en su interior se encontraba un gato totalmente negro. Con la foto había un pequeño texto «Está bien, algo enojada». Cuando la conversación termino me sentí triste, sentía que nada nunca iba a volver a ser como se debía. Ya no podré llamar a Betty, salir a comer, cocinar con ella. Todo es diferente ahora.

Algunos pequeños golpes me sacaron de mis pensamientos.

—Pasa —dije dejando ver a mi madre en la puerta.

Ella miró que ni siquiera saqué mi mirada del techo y se sentó a los pies de mi cama.

—Hijo, me preocupas —dijo ella mientras me miraba.

—No entiendo por qué se tuvo que ir —dije mientras me sentaba y le hacía espacio para que venga a mi lado.

—Piensa que no es temporal, Betty no quería irse —me dijo mi mamá intentando animarme.

No dije nada, solo la abracé con mucha fuerza.

—Espero que vuelva pronto.

Mi madre me empezó a acariciar con cuidado la espalda. Yo intentaba que las lágrimas que estaba conteniendo desde que Betty se subió al auto no salgan, pero en un punto se volvió imposible.

—¡Alex! —grito mi padre desde abajo.

Salí del abrazo con mi madre para sacarme las lágrimas y darle una pequeña sonrisa.

—Todo va a estar bien —dijo ella antes de irse de la habitación.

Yo la seguí, quería saber la razón para que mi padre me llamara de tal manera.

—¿Quieres que hagamos algo? —me propuso mi padre mientras terminaba de secarse las manos.

—No tengo muchas ganas, en realidad —respondí con una sonrisa algo forzada.

Con mi padre quedamos en hacer algo en otro momento. Volví a subir a mi habitación y vi varios mensajes de Betty: «Hola chicos, acabo de llegar a mi nueva casa. Es enorme», «Apenas termine de organizar los llamo».


Tamara

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Tamara. 

Es como estar en medio de un océano de incertidumbre, donde cada onda de desconocimiento golpea con fuerza. La sensación de no saber nada de mi mejor amiga es como un vacío que se expande dentro de mí, dejando un hueco irremplazable.

Extrañarla se convierte en una especie de necesidad irracional, como si una parte de mí estuviera incompleta sin sus risas, sus consejos y su presencia reconfortante. Cada día se vuelve una búsqueda constante de su recuerdo en cada rincón de mi vida.

Intentar hablar con mi mamá sobre esto resulta en un encuentro emocional inesperado. Descubrir que ella también la extraña tanto como yo es como encontrar un ancla en medio de la tormenta. Lloramos juntas, compartiendo esa misma añoranza, mientras el sabor salado de las lágrimas se mezcla con el dulzor reconfortante del helado.

Nos sumergimos en películas, buscando un refugio temporal en las historias para escapar de esa ausencia que se siente abrumadora. Entre cada escena, se entrelazan abrazos y palabras de consuelo, reafirmando que no estamos solas en este sentimiento de pérdida.

Es un torrente de emociones encontradas, donde la añoranza se fusiona con la solidaridad, y las lágrimas se convierten en un puente que conecta nuestras almas en este momento de ausencia compartida.

La llamada de Betty detuvo el momento de tristeza. Mi amiga se veía cansada.

—¿Hola, que hacían? —dijo ella desde la cámara de su celular.

—Comiendo helado porque te extrañamos demasiado —dije mientras le mostraba el gran helado en mi plato.

Alex y Mateo se unieron a la llamada, ambos chicos se veían tan tristes como yo y como Betty. Todos lucían tristes, nostálgicos, por lo que puedo notar que todos nos extrañábamos mutuamente.

—Betty, vuelve por favor —dijo Mateo mientras una lágrima caía de su mejilla.

—Ojalá pudiera —dijo la rubia mientras volvía a llorar.

Todos los que estamos en esta llamada comenzamos a llorar, como supongo que lo habíamos hecho todo el día. Pero, al menos, ahora llorábamos todos juntos. 




Hola a todosss, lamento lo corto que es este cap pero estuve casi todo el dia sin luz por una gran tormenta en Argentina. 

Quiero agracederles a todos por las 4k de vistas. 

Gracias por leer y no olviden votar. 

Adiosss


Betty - Alex WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora