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Any bajó las escaleras estremeciéndose cuando escuchó el sonido del timbre de la puerta. Suspiró, jurándose a sí misma que todo saldría bien, y se dirigió a la puerta. Cuando lo abrió, se sorprendió al ver a Poncho parado frente a él con pantalones y zapatos de vestir y una blusa negra a rayas abotonada. Él, a su vez, también se sorprendió al verla.

Poncho: Uau... Tú... ¡Es hermoso! Él la miró encantado y mostró el ramo que escondía detrás de él.

ANY: Oh, son hermosos. - suspiró, sonriendo, recogiendo el ramo de flores. - Lo dejo aquí, para verte y recordarte siempre cuando entre. - Colócalo en el jarrón sobre la mesa de la sala de estar.

Poncho sonrió cuando se acercó y tomó su mano notando que estaba fría, así como la suya.

Poncho: ¡Cualquier! Ella lo miró. - ¡¿Vamos, mi amor?!

ANY: Ajá... Pero primero... ¡Felices 2 meses! -Sonrió.

Poncho sonrió y cuidadosamente envolvió sus brazos alrededor de su cintura y la acercó más, uniendo sus labios a los de ella. Any le rodeó el cuello con los brazos, sintiendo que una corriente eléctrica la atravesaba con solo pensar en lo que estaba a punto de sucederles. Mientras se alejaban lentamente, Poncho sonrió, mirándola a los ojos.

ANY: ¡¿Vamos?! Sonrió, sintiendo su rostro en llamas.

Poncho: ¡Vamos! Él asintió y la tomó de la mano dándole un beso.

Any sonrió, sintiendo que sería capaz de derretirse con ese simple gesto.


Giovanna miró fijamente a Aarón y sin contenerse se echó a reír.

Giovanna: ¿En serio?

Aarón: Sí... Angelique me dijo que te quejaste con ella de que no la trataban bien y después de lo que pasó contigo y tus padres, decidí hacerte un regalo... ¿Estás dispuesto a salir conmigo o no? -Sonrió.

Giovanna: Aaron está bien, nos entendemos mejor como amigos... ¡No complica las cosas!

Aarón: Pero somos más que amigos, prácticamente estamos saliendo.

Giovanna: Si tú lo ves así, yo no... Para mí lo que tenemos es una cosa carnal, no lo estropeemos con compromisos, ¿ok?

Aarón: Si lo quieres así, está bien. Refunfuñó y guardó la caja. Pero ella estará aquí si alguna vez la quieres, ¿sabes?

Giovanna: ¡De acuerdo! - sonrió maliciosamente. - Entonces, ¿qué vamos a cenar? - Se ha cambiado el tema recogiendo el menú.

Aarón: Siéntete libre de elegir. -Sonrió.


Poncho abrió la puerta del dormitorio y ayudó a Any, que tenía los ojos vendados, a entrar.

ANY: Oh, qué miedo... ¡¿Dónde estamos?! - Ella sonrió apretándole la mano.

Poncho: Lo descubrirás. Él sonrió, besando su cabello.

Any dio unos pasos más y dejó de caminar cuando Poncho también se detuvo. Soltando su mano, se colocó detrás de ella y le quitó la venda de los ojos. Cuando los abrió, Any sonrió y se llevó las manos a la boca.

ANY: ¡¿Poncho?!

La cama del hotel estaba rodeada de pétalos de rosa, al igual que la habitación. En una esquina había una mesa de comedor a la luz de las velas para dos personas y en la otra la ventana con balcón y vista de la ciudad.

gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora