gemelas

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Por la noche, Any cerró la carpeta, los dos libros y se dejó caer en la cama suspirando. Miró fijamente su teléfono y sonrió con tristeza cuando vio el único mensaje que Poncho le había enviado en todo el día para no molestarla.

"Buenos estudios... ¡Ya te echo de menos!

¡Besos, te quiero! Poncho".

Any: Yo también te echo de menos. - susurró y, armándose de valor, se sentó en la cama estirándose.

Apiló todo el material y lo colocó encima de la mesa de estudio junto al ordenador. Se estiró y bostezó cansada. Un golpe en la puerta la despertó.

Any: ¡Entra!

La puerta se abrió y Henry entró lentamente.

Henrio: ¡¿Cómo estás?!

Any: Con la cabeza explotando, pero sí... Había olvidado que era tanto. -Sonrió.

Henrio: Ah, pero no falta mucho para cerrar, ¿verdad?

Any: Sí, pero quiero cerrar con 7.0 por lo menos... He aprendido a ser exigente con cierta persona, ¿sabes? Se cruzó de brazos.

Henrio: Cerrarás con 8.0, ya verás... Traje un bocadillo que hice, debe tener hambre. -Sonrió.

Any: Muy. -Asintió.

Henrio: Así que espera un minuto, voy a buscar la bandeja. Sonrió y se fue, dejando abierta una rendija en la puerta.

Any volvió a bostezar y se volvió hacia la mesa, guardando los bolígrafos.

Xxx: ¡¿Aquí pediste arroz con pollo, jugo de naranja, chile y mousse de chocolate?!

Any: ¡Poncho! Sonrió radiante y se dio la vuelta.

Poncho: ¡Sorpresa! Sonrió lleno de encanto y puso la bandeja sobre la cama, Any corrió hacia él y lo abrazó.

Any: ¡¿Qué haces aquí?! Ella se apartó emocionada y lo besó.

Poncho: Tu papá me llamó hace unos veinte minutos, pensó que se lo merecía y necesitaba un descanso. Le acarició el pelo.

Any: Lo hiciste bien, pero ya terminé... Mejor aún porque puedo aprovechar mejor este descanso. -Sonrió.

Poncho: Eso está bien, pero vas a comer primero porque tu papá ya me dijo que no comiste nada después del almuerzo.

Any: Oh, me quedé aquí y ni siquiera me toqué. Se encogió de hombros.

Poncho: Así que... Ayúdate a ti mismo. Tomó la bandeja y la tendió frente a ella.

Any: Creo que esto parece una cena para dos. Sonrió, entrecerrando los ojos.

Poncho: Lo has adivinado, pero ¿puedo hacer algo antes de que empieces a comer?

Any: ¡¿Qué?!

Poncho: ¡Derecha! Puso la bandeja sobre la cama y tiró de ella por la cintura, pegando sus labios a los de ella.

Any le rodeó el cuello con los brazos y le devolvió el beso perdiéndose en la suavidad de sus labios, en el perfume, en la textura de su cabello. Casi no se dio cuenta cuando Poncho se apartó y la miró fijamente.

Poncho: ¡¿Any?!

Any: ¡¿Micrómetro?! - Despertó al mirador.

Poncho: ¡¿Qué pasa?! - sonrió mirándola.