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Angelique miró a su amiga con desconcierto.

Angelique: No puedo creer que vayas a hacer eso... ¿Eres consciente de que todo puede salir mal?

Giovanna: Si lo hago bien, no saldrá mal. - sonrió maliciosamente.

Angelique: Tu padre te va a echar de la casa, lo sabes, ¿verdad?

Giovanna: Independientemente de... Será un placer salir de aquí por tan grande recompensa. -Sonrió.

Angelique: Estás loco, ¿cómo vas a mantener una mentira así?

Giovanna: He pensado en todo... ¡Relajar! -Sonrió.

Any cerró la puerta de la habitación de Poncho y se sentó en la cama suspirando.

Poncho: Lo siento.

Any: De acuerdo... Hace unas tres horas me estabas consolando, ahora me toca a mí. - sonrió arrodillándose frente a él.

Poncho: ¡¿Prometes guardar un secreto?!

Any asintió y cruzó los dedos besándolos frente a Poncho.

Poncho: Mis padres se conocieron cuando él tenía 20 años y ella 19, ambos en su segundo año de universidad.

Any: Igual que nosotros. Ella sonrió y Poncho asintió, tomándola de las manos.

Poncho: Sí y también como nosotros, se enamoraron... Pero las cosas se pusieron difíciles cuando mi mamá se quedó embarazada de mí, mis abuelos, sus padres pensaron que mi papá la iba a abandonar... Pero no fue así. -Sonrió. - Asumió la responsabilidad, demostró que estaba enamorado de mi madre y le pidió que se casara con él.

Any sonrió acariciando el rostro de su novio. De lo poco que sabía de Mark, no esperaba menos de él.

Poncho: Y cuando todo parecía estar bien, otro problema en sus vidas... En el momento en que nació, hubo varias complicaciones, complicaciones graves que podrían matarnos... La felicidad de mi padre terminó en ese momento en que pensó que nos perdería a los dos. -Suspiró.

Any: Pero no perdió. -Sonrió.

Poncho: Sí, es solo que... Por alguna razón, estas complicaciones trajeron consecuencias... Mi madre se quedó embarazada dos veces después de que yo nací y perdió a los bebés antes de cumplir el cuarto mes, por un lado esto es bueno, porque nunca supimos si serían niños o niñas, lo que hace que la carencia sea un poco... Y entonces mi padre tenía miedo de que la historia se repitiera, de que mi madre se quedara embarazada por cuarta vez y volviera a pasar por ello, o de que se volviera a perder, o de que se produjeran nuevas complicaciones... Fue entonces cuando decidió hacerse una vasectomía... Pero tenía unos 25 años y mi mamá no creía que fuera justo, así que comenzó a tomar pastillas, anticonceptivos y nunca se detuvo. Se encogió de hombros.

Any: ¿Tu mamá todavía toma la píldora hasta el día de hoy?

Poncho: Sí... Fue un sacrificio que eligió hacer por mi padre, por ella y por mí... No quería perder más bebés ni dar a luz a uno y dejar a su esposo y dos hijos.

Any: ¿Por qué no me lo dijiste antes? - preguntó sorprendida.

Poncho: Porque no es algo que nos guste recordar... Mis padres se ponen tristes cada vez que lo mencionan y Ucker solo lo sabe porque sus padres lo vieron de cerca y terminaron contándoselo a su hijo... Por eso Ucker y yo somos tan cercanos, él es el hermano que yo no tuve, por eso mis padres son sus padrinos... Por eso mi madre nos mima tanto... Mis padres están tan enamorados hasta el día de hoy porque todo lo que sucedió al comienzo de su historia los unió para siempre... Y mi mamá te quiere tanto, porque el sueño de su vida era tener un par de hijos... Jura que el segundo bebé que perdió fue una niña y todo el amor que sintió por el bebé, te lo transmitió ahora, por eso llama a su hija. - explicó con los ojos llorosos.

gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora