55

52 5 2
                                    


Un rato después, Ucker salió de la habitación, cerró la puerta y encontró a Any y Poncho acostados en el sofá viendo la televisión. Any miraba el programa distraídamente mientras Poncho la miraba sin dejar de acariciarle la mano entrelazada con la suya.

Ucker: Lamento interponerme en el camino. Preguntó torpemente y los dos se sentaron en el sofá.

Any: Muy bien, el apartamento es tuyo... Poncho, ¿a qué hora regresan tus padres?

Poncho: ¡No sé! Se encogió de hombros.

Any: Quería hablar con su madre. Suspiró, se recostó en el sofá y apoyó la cabeza en el hombro de su novio.

Ucker: Y quería hablar contigo... Sé que aparentemente estás pasando por problemas personales, pero quería un consejo.

Any: Puedes hablar.

Ucker: Quería que me ayudaras a hacerle una sorpresa a Dulce... El mismo tipo de sorpresa que Poncho te hizo.

Any: Entiendo. -Asintió.

Ucker: ¿Tienes alguna idea? Él la miró con una mueca.

Any: Bueno, Dulce estaba súper emocionada con lo que hizo Poncho, pero dudo que quieras hacer eso.

Ucker: No, quería algo más centrado en su forma de ser.

Any: Um, déjame ver... Bueno, a Dulce le gusta la naturaleza, las cosas simples, si quieres impresionarla tienes que ser creativo, no sofisticado, usar cosas caras o regalos.

Ucker: Eso me di cuenta. - sonrió asintiendo.

Any: Podría ser algo que implique alguna locura... Ya que todo el grupo los nombró como la pareja más loca. -Sonrió.

Ucker: ¡Gracias! - Sonrió burlonamente. -¡¿Algo más?!

Any: Good Poncho llenó la habitación de fresas y chocolates. - Ella sonrió y mirando fijamente a su novio quien le devolvió la sonrisa besándola en la mejilla. - Si ayudas a Dulce le encanta la pasta, los chocolates que también puedes usar y el romanticismo, entonces elige un lugar muy bonito y encantador. Ella sonrió guiñándole un ojo.

Ucker: Maldita sea, gracias rompiste una rama, ahora me siento menos perdido.

Any: Bueno, me acuerdo de eso, si viene algo más te lo haré saber.

Ucker: Está bien, pero bueno, has ayudado lo suficiente, gracias por ello. - sonrió poniéndose de pie. - Poncho, discúlpame. Miró fijamente a su amiga y se inclinó, dándole un beso en la mejilla. - Fue con todo respeto, ¿ves? Levantó las manos.

Poncho: Muy bien, ¿no te acostumbras? - sonrió, arrancando una sonrisa tímida de una avergonzada Anahí.

Ucker: Relájate, Any y yo somos hermanos... ¿Mejoras? Él le guiñó un ojo.

Any: ¡Gracias! -Sonrió.

Ucker: Voy a darme una ducha, si lo necesitas, llámame. -Alejó.

Poncho: ¡Puedes dejarlo! - Él asintió, sonriendo.

Cuando Ucker cerró la puerta, Poncho tiró de la barbilla de Anahí, haciendo que ella lo mirara fijamente.

Poncho: Se me olvidaba decirte algo... ¡Te amo!

Any: Yo también te quiero. - le devolvió la sonrisa derretida y lo besó apasionadamente.

Giovanna se paró frente al baño, se lavó la boca y se mojó la cara. Suspiró y abrió la puerta del baño.

Giovanna: ¡¿Madre?! - se sobresaltó cuando se encontró cara a cara con Marichello.

gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora