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Henry abrió la puerta de la casa y sonrió al ver a las amigas de su hija. Personas que le habían dado fuerza en el momento más difícil de su vida.

Dulce: Tío, ¿es cierto que Any ha vuelto? Sonrió, sus ojos brillaban.

Henrio: Sí, está a la altura del poncho. - sonrió sin contenerse.

Maite: ¡¿Podemos subir?!

Henrio: Por supuesto, le hará mucho bien verte. - respondió sonriendo.

Dulce: Vete entonces. Él sonrió y subieron las escaleras.

Cuando abrieron la puerta de la habitación, Maite estaba sonriendo, emocionándose al ver a su amiga.

Mai: ¡Cualquier!

Anahí sonrió llorando, se levantó de la cama, se acercó a su amiga y la abrazó.

Any: Los extraño chicos. - la soltó y abrazó a Derrick, quien la levantó del suelo.

Grúa: ¡Niña, qué susto nos diste!

Any: Lo siento... Te he echado mucho de menos... ¡Dul! - Él sonrió y la abrazó.

Dulce: Oh, amigo mío, me alegro de verte. - sonrió, sin contener las lágrimas.

Anahí sonrió y miró fijamente al niño que abrazaba a Dulce.

Any: ¡Debes ser Izaaki!

Izaaki: Exactamente, encantado de conocerte por fin.

Any: Es un placer. -Sonrió.

Dulce: Cuando te mejores, supera este susto, tendremos que salir a celebrar tu regreso, ¿de acuerdo?

Grúa: Dul luego hablamos de ello con ella.

Any: De acuerdo... Me encantaría pasar el rato con ustedes. Ella sonrió y buscó a Poncho que rápidamente estaba a su lado.

Maite: Ya sabes, todavía parece un espejismo verlos a los dos juntos... Y volver a ver la vida en su rostro. -Sonrió.

Poncho: Todos estábamos muy preocupados, pero pasó. - respondió abrazándola con fuerza.

Sonó un golpe en la puerta, y Henry entró poco después.

Henrio: Hija... El médico vino a verte... Tenemos que asegurarnos de que está bien.

Dulce: Esperaremos afuera, volveremos enseguida, ¿de acuerdo?

Any: ¡Gracias! -Asintió.

Henrio: Le voy a decir que suba las escaleras.

Maite: ¡Volveremos enseguida! Sonrió y se alejó.

Poncho: Voy a salir con ellos y...

Any: ¡No, por favor, quédate! Ella lo agarró del brazo.

Poncho: Estaré en el pasillo.

Any: ¡No, por favor, Poncho! - suplicó, mirándolo.

Poncho: De acuerdo. Él asintió, sonriendo y abrazándola.

Any apoyó su cabeza contra su pecho cerrando los ojos, extrañamente solo podía mantener la calma y sentirse segura cuando él estaba cerca.



En la sala, Dulce abrió su bolso y sacó un papel entregándoselo a Henrique.

Dulce: Tío... El personal y yo hemos estado investigando un poco y hemos descubierto algunos trastornos que Any puede presentar.

gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora