gemelas

Par54

Marichello abrió la puerta de la casa y se sorprendió al ver a su marido sentado en el sofá. Henry se puso de pie tan pronto como la vio.

Marichello: ¡¿Qué pasa?!

Henrio: ¿Sigues preguntando? Arqueó las cejas con seriedad. "He oído hablar de lo que le hiciste a Any en el teatro.

Marichello: ¿De qué estás hablando? - gritó.
Henry: ¿La forma en que trataste a nuestra hija, o olvidaste que Any también es tu hija?... Te juro Marichello, que si te vuelvo a ver humillando a Any o lastimándola de alguna manera me divorciaré de ti, ¿entendido? ¡ME DIVORCIO! - rugió, apretando sus brazos con fuerza.

Marichello: Oye, déjame ir... ¡¿Quiero saber qué te dijo?! Por supuesto que tuvo que llorar contigo, ¿verdad?

Henrio: Ella no me dijo nada, fue Victoria quien lo hizo.

Marichello: ¿Y por qué se metió el entrometido de Victoria?

Henrio: ¿Por qué, a diferencia de ti, le gusta nuestra hija y ha visto y oído lo que has hecho? ¿Es eso lo que le has enseñado a Giovanna todo este tiempo? ¿Humillar a la gente? Ser cruel con todo el mundo, pisar a todo el mundo para sentir que tienes algún valor... ¿Cuál es superior?... No es de extrañar que nuestra hija sea como es, tiró de ti.

Marichello: No me permito ofenderme, Henry. Ella lo señaló con el dedo.

Henrio: Y no admito la injusticia... Si quieres hacer miserable a una hija y halagar a la otra, está bien, pero no voy a colaborar con eso... Tienes dos hijas, y si no empiezas a tratarlas a las dos con respeto, una de nosotras se va a mudar de esta casa. - Seriamente amenazado.

Marichello: ¿Lo conseguirá ahora? ¿Anahí va a provocar el divorcio de sus padres?

Henrio: Ella no tiene nada que ver, la historia es entre nosotros dos y sus actitudes... Puedo proteger a Any, pero solo lo hago porque siempre preferiste a Giovanna y menospreciaste a Anahí, no humillo a nuestra otra hija.

Marichello: Sabes qué, nada de lo que diga va a servir de nada.

Henrio: Por supuesto, nada de lo que digas te salvará la cara... Has tomado una decisión, ¿entendido? ... O tratas a nuestra hija con el más mínimo respeto o me separo de ti. - Advirtió seriamente y se alejó, dándole la espalda.

Marichello apretó los puños y subió a la habitación enfurecida. Nunca perdonaría a Henry que le hablara así.

Mark salió por la puerta de llegadas y sonrió al ver a su esposa, hijo y novia juntos.
Mark: Hola... Menuda recepción. -Sonrió.
Victoria: ¿Cómo fue tu viaje, mi amor? - se acercó a él y lo besó.
Mark rodeó su cintura con los brazos y dejó caer las bolsas al suelo. Any sonrió asombrada ante la escena y durante unos minutos la puso a ella y a Poncho en los zapatos de los dos adultos.

Poncho: No te preocupes, seremos peores que ellos después de casarnos —le susurró al oído.
Any lo miraba sorprendido, a punto de preguntarle si había leído sus pensamientos.
Poncho: Tu cara lo delató... Como el que está un poco perdido. Él sonrió guiñándole un ojo.

Any sonrió y lo besó en el momento en que Mark y Victoria se alejaron.
Mark: Lo siento... ¿Cómo te va? - se acercó a los dos y abrazó a Poncho.
Poncho: Bueno, papá, tú ?! - sonreíste mirándolo.
Mark: Muy bien, todo salió bien en el viaje... ¿Y a ti te gusta esto?
Any: Bueno. - ella sonrió asintiendo y lo saludó.
Mark: Vamos al restaurante y comemos algo, porque me muero de hambre.
Victoria: Está bien, vamos.
Después de entrar al restaurante, se sentaron a la mesa y solo Marcos se sirvió.