El tiempo lo cura todo, o al menos eso dicen, solo qué hay heridas que duran en sanar mas qué otras; sobre todo cuando no es la primera vez que estas son abiertas.
Luke Anderson, un corredor que ha salido herido muchas veces en su vida y siempre su...
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Luke.
—Hola, Sky Blue.
Me removí incómodo sentado en la ambulancia. Ya me habían curado las heridas. No eran graves, solo superficiales.
—Hola, Carter.
Seguía algo enojado, y él estaba consciente de ello. Se rascó la nuca, apartando la mirada por unos segundos.
—Me asustaste. —confesó luego de un momento.
No supe que decir. Realmente seguía asustado. Nunca había estado tan cerca de la muerte. De no ser por Brooke, estuviera bajo mucha tierra, posiblemente sin vida.
Bajé la mirada, jugando con mis dedos. ¿Se había asustado porque le importaba o porque es lo que cualquier ser humano con empatía haría?
—Luke..., lo siento mucho ¿eh?
Subí la mirada, conectando sus ojos con los míos. Fruncí el ceño. ¿Se estaba... disculpando?
—Me comporté como un idiota —admitió —, no merecías ese trato. Es solo que... tú eres tan..., no lo sé..., alegre y enérgico. Ves todo desde un punto positivo y, no lo sé, me frustra ser tan negativo ante las cosas ¿entiendes? Pero a lo que quiero llegar es a que... lo lamento. Y no se que más decir porque no soy bueno con las disculpas, pero si necesitas que...
—Vale, Carter, así está bien. —asentí con media sonrisa.
Suspiró, aliviado.
—Solo..., piensa bien antes de actuar y lastimar a las personas que... quieren ayudarte.
—Si, lo haré, te lo aseguro. Más que eso, te lo demostraré.
No pude evitar sonreír ante eso.
Nos miramos por unos segundos y luego él volvió a hablar.
—En serio me asustaste, Luke. Por un momento yo pensé que...
Me bajé de la ambulancia haciendo que se callara.
—Yo también —asentí. —, pero estoy bien.
Carter asintió con la cabeza tras tragar saliva.
—¿No deberías... seguir sentado? ¿No te duele la pierna?
