Luke.
—¡Esto es una mierda!
Carter estrelló bruscamente el casco contra la arena. Me sobresalté un poco y di un paso hacia atrás.
Llevaba varios días así, negativo y con mal humor. No habíamos hablado al respecto. Digo, tampoco era algo que debía hablar conmigo si no quería, pero hubiera sido bueno.
—¿Qué pasa?
—Estoy conduciendo como la mierda.
—No es así.
Carter me frunció el ceño inconscientemente, había notado que hacía eso cada vez que algo le causaba frustración.
—¿Estás ciego?
—No. Solo estas teniendo una mala racha, Carter.
—Aquí no pueden tenerse malas rachas.
—Claro que si, todo las tienen en algún punto.
—Ya tuve una, no quiero volver a eso.
A veces me daba curiosidad el pasado de Carter. Está claro que, preguntar no es una opción. Esas son cosas que no se hacen, y mucho menos se presionan. Cuando la persona quiera hablar, lo hará.
—Todo estará bien, no te preocupes, eres un gran corredor, no será nada que no puedas manejar. —esbocé media sonrisa.
Era cierto, Carter era un gran corredor, y con un poco de motivación lograría atravesar eso.
—¿Que no me estás escuchando? —espetó, verdaderamente molesto.
Fruncí el ceño, confundido. ¿Lo estaba molestando? ¿No debía decirle nada? Solo quería apoyarlo un poco...
—Si..., solo que se que puedes...
—Luke, parece que vivieras en un puto sueño todo el tiempo.
—¿Eh?
—¡Si! Crees que todo puede estar bien siempre, estoy harto.
Parpadeé, perdido. No entendía porque esa actitud. Pero no fue eso lo que me afectó, sino las últimas dos palabras que salieron de su boca.
Estaba harto, harto de mi.
—Tienes que despertar, ser positivo no siempre es una salida, no siempre sirve. No vivimos en un mundo de brillos y colores, este es el mundo real.
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Una Última Oportunidad.
RomanceEl tiempo lo cura todo, o al menos eso dicen, solo qué hay heridas que duran en sanar mas qué otras; sobre todo cuando no es la primera vez que estas son abiertas. Luke Anderson, un corredor que ha salido herido muchas veces en su vida y siempre su...