Luke.—¿Es lo que quieres?
—Supongo.
Brooke me analizó con la mirada, buscando posiblemente cada una de mis inseguridades y miedos. No pude evitar contarle lo que había sucedido, ni la decisión que había tomado al respecto. Cuando se lo dije, y solo se quedó en silencio, comencé a pensar que había sido mala idea y que me juzgaría. Pero no fue así, y me sentí culpable al pensar que ella me criticaría por ser un débil.
—Mira, no te diré que hacer ¿vale? Porque no me harás caso, así es esto. Cuando uno está enamorado toma los consejos pero no los aplica hasta que se estrella, y vuelve por un "te lo dije".
Asentí con la cabeza sin decir nada. Tenía razón. Estaba experimentando esa sensación de "se qué tal vez estoy haciendo las cosas mal, pero igual seguiré adelante", y no hablaba precisamente de Carter, pero por los momentos, lo dejaría como que si.
—No sé porqué se fue, tu tampoco, pero posiblemente tuvo sus razones. No justifico el daño que te hizo, ni pienso hacerlo, lo odio un poco. Pero es un chico idiota, ambos lo son —la miré mal y ella sonrió con inocencia—. Sin ofender. El caso es, que no sabes nada; ni porqué pasó, ni que pasará. Pero si tú mente y corazón están de acuerdo para hacer un intento más, pues está bien. Independientemente de como termine esto, yo estaré justo aquí. Si es una caída intentaré meterme para que el golpe no sea tan duro, y si resulta ser un logro, lo celebraré contigo ¿bien?
La observé sin decir nada.
A veces olvido que no estoy solo, que si tengo a mi alrededor a personas que se preocupaban por mi. Pero era tan inevitable no sentirme no acompañado cuando vivía con un nudo atorado en mi garganta que no me dejaba sacar nada, logrando consumirme en un vacío en el que si estaba completamente solo.
—Brooke... —suspiré mirando hacia el frente, obligándome a no llorar —. Gracias.
Ella me puso una mano en el hombro, buscando mi mirada. Con todas las fuerzas que reuní, logré mirarla sin quebrarme en el intento.
—Aquí estoy. No olvides eso nunca. —me dió una pequeña sonrisa.
Asentí con la cabeza. El momento fue interrumpido por un sonido proveniente de mi celular. Lo tomé de la mesita de la sala y solo observé la barra del chat. Mi ceño se frunció al principio, y luego poco a poco relajé la expresión.
Desbloqueé el celular y entré al chat.
Pesado: ¿Quieres correr un rato?
Enseguida me llegó una foto de él sentado sobre su moto. Vestía una chaqueta de cuero negra con una camisa blanca debajo y unos pantalones azules oscuro. Una buena vista, si.
Sacudí la cabeza, enfocándome.
Bajé el celular al recordar que Brooke estaba conmigo y no fue hasta que vi su mirada de "por Dios, que tonto" que me di cuenta de la sonrisa de idiota que tenía en mi rostro. La borré enseguida, claro.
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Una Última Oportunidad.
RomanceEl tiempo lo cura todo, o al menos eso dicen, solo qué hay heridas que duran en sanar mas qué otras; sobre todo cuando no es la primera vez que estas son abiertas. Luke Anderson, un corredor que ha salido herido muchas veces en su vida y siempre su...