El tiempo lo cura todo, o al menos eso dicen, solo qué hay heridas que duran en sanar mas qué otras; sobre todo cuando no es la primera vez que estas son abiertas.
Luke Anderson, un corredor que ha salido herido muchas veces en su vida y siempre su...
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Maratón, porque estamos en navidad y quería regalarles algo bien:D 1/3.
Un año y medio después.
Luke.
Aceleré completamente, perdiéndola de vista. Por fin iba a ganarle, un milagro. Se lo restregaría en la cara por el resto de su vida y...
Cambié de lugar cuando algo cayó a mi lado, o más bien, alguien. Me dió una sonrisa burlona y aceleró más hasta pasarme.
Abrí la boca, sorprendido e indignado a partes iguales, tenía que ser una broma.
Al pasar la línea de meta, ella ya estaba ahí, esperándome. Se bajó de la moto y se recostó de esta. La miré mal cuando me quité el casco.
—¿Por qué esa cara, pequeño Luke? —sonrió, engreída.
—Jacob te está pegando lo engreído. —rodé los ojos.
Sacudió la cabeza con un brillo en los ojos. El mismo brillo que se posaba en ellos cada vez que le mencionaban a su novio. Aparté la mirada, pensativo. ¿Algunas vez alguien me querría de tal forma? Llegué a pensar que si cuando...
Sacudí la cabeza, mandando esos pensamientos a la basura. Todo estaba claro, no tenía que pensar más en eso.
—Oye, quería hablar contigo antes de que empiece la fiesta... —mencionó, observándome.
—Ajá.
—Los chicos..., bueno, te han notado raro. Estás muy a la defensiva últimamente, Luke, tú no eras así.
No la miré a los ojos. No podía mentirle haciéndolo, no lo merecía, así como tampoco merecía cargar con mis problemas teniendo suficientes con los suyos. Jamás había querido ser un cargo para ella. Brooke era mi influencia positiva, y siempre me había hecho saber que estaría ahí conmigo para lo que fuera, pero, ¿cómo le pedías ayuda a una persona que luchana constantemente con el sufrimiento de su propia vida?
—Estaré bien.
—Eso vienes diciendo desde hace un año y medio.
Si, lo hacía.
—Y lo estoy —esta vez si la miré —. No es nada que no pueda manejar, Brooke.
Asintió con la cabeza, poco segura. Solo quería que no siguiera insistiendo. Se acercó a mi y colocó sus manos en mis hombros. Sonrió, una sonrisa fraternal, una que podría hacer sentir seguro a cualquiera.
