No sé que me hizo pensar que mi entrada a la U.A sería tranquila, pero de algo estaba segura, el señor explosiones había hecho que los últimos dos días hayan sido una completa mierda. ¡No paraba de gritarme cosas! Y ustedes dirán, bueno pues probablemente es algo normal en él estar insultando a todo lo que se mueva, ¡Pero en verdad sí se estaba pasando conmigo! Cada día encontraba una manera diferente de decirme que me vencería, otras veces se quejaba de mi "cara de muerta", ayer se había burlado de mi estatura a pesar de que su amigo pelirrojo le había dicho que no era varonil el insultar a una dama, e incluso tengo que aguantarlo a la hora de salida ya que VIVE EN MUSUTAFU TAMBIÉN. Yo me dediqué a ignorarlo todo lo que pude, pero se pasó de la raya al meterse con lo que no debía y ahí fue donde le hice frente al estúpido rubio que me hizo imposible la vida.
Iba en camino a la cafetería cuando el muchacho me detuvo de manera abrupta tomando mi muñeca izquierda, dejando la mirada sobre mi brazalete , no entendí el por qué estaba tan interesado pero parece que le sorprendió que lo tuviera y su siguiente pregunta fue la que más me sacó de órbita.
-¿Dónde demonios conseguiste ésto idiota?- preguntó levantando mi muñeca haciendo así que pudiera observar el pequeño recuerdo de una buena infancia, pero su mirada era de enojo e incluso recelo a lo que pude captar. Nuevamente no entiendo qué tiene contra mí, ¿Por qué ahora pregunta por ello? -¿Qué te importa estúpido?- respondí, sé que mi manera de contestar tampoco fue la mejor para evitar que la situación pasara a más pero me tenía a mi límite de paciencia y no pensaba aguantar más cosas provenientes de él.
-¿No recuerdas quién te la dio imbécil o te crees la gran mierda cómo ya no interesarte en saber de él?- mencionó lo último con cierta tristeza en su voz, sin embargo era opacada por lo ronco y tosco que era al hablar.¡ Ahora sí me molesté! ¿Quién era él para meterse con Katsuki? ¡Hasta dónde sé él no debe de meter la nariz en las relaciones ajenas! ¿Y yo, una creída de mierda? Ni hablar, no dejaría que un matón viniera y me dijera lo que quisiera.
-¡No te importa! ¿Si acaso lo conoces? Son mis asuntos y no deberías de meterte con ellos- escupí con hastío, traté de zafarme del agarre pero él estaba sujetando la pulsera por lo que no podía hacer mucho esfuerzo sin romperla.
-¿Qué si lo conozco? ¡¿QUÉ SI LO CONOZCO?! ¡¿Acaso sabes si quiera quién soy yo?!- gritó a todo pulmón, lo que llamó la atención a algunas personas en el pasillo, sin duda esto se estaba saliendo de mis manos pero no podía evitar devolverle los gritos al muchacho que ahora me miraba con muchísimo enojo.
-¡A mi me vale una mierda quién seas! ¡Deja de hablar de lo que no conoces!- exclamé acercándome a su rostro en señal del miedo nulo que tenía de enfrentarlo.
-¡¿Crees que no sé de lo que hablo?! ¿Enserio no me recuerdas Hō?-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞
Katsuki había estado confundido, no entendía por qué Tanaka lo ignoraba ¿Sería acaso que lo estaba evitando? ¿O en verdad había olvidado de su existencia? No estaba seguro, habían pasado muchos años y ella se veía realmente diferente a la niña que se fue de Musutafu aquella tarde. El rubio notaba que no le hablaba a nadie, incluso a duras penas participaba y por lo general no le escuchaba hablar; quería confrontarla y reclamar su ausencia de ocho largos años ¿Cómo se atrevía a aparecer sin previo aviso? pero aún no podía estar seguro si de verdad lo había olvidado o si estaba enfadada por alguna razón, sin embargo todas sus dudas tuvieron una respuesta al encontrar que aún poseía la pulsera que él mismo había fabricado.