𝐋𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐢𝐧 𝐓𝐞𝐦𝐩𝐞𝐬𝐭‖𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢 • 𝐅𝐞𝐦𝐚𝐥𝐞 𝐎𝐜

𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞

Era una tarde de verano, todo estaba tranquilo en el pueblo de Musutafu, pero para tres niños había sido una tarde bastante agitada. Midoriya Izuku se encontraba en el suelo del parque de juegos del pueblo, con varios raspones y golpes además de una quemadura leve en su mejilla derecha. Tanaka Sassha estaba al frente del peliverde, protegiéndole de un abusador cercano, ella se encontraba llorando a mares a pesar de que en su cuerpo no habían marcas ni rasguños. Y el tercer niño era un caso completamente diferente a los otros dos, él se encontraba realmente enojado, amenazando a la niña de que se moviera de su camino para terminar la "charla" que estaba teniendo con el niño de ojos esmeralda. 

Ella se negó, estaba cansada, cansada de ver la injusticia que sufría su amigo, que por más repetidas ocasiones que le insistía a su mejor amigo que Izuku no merecía ser despreciado... Katsuki Bakugo se hacía oídos sordos ante las súplicas de la que había sido su compañera de aventuras durante toda la vida. 

Al rubio le enfurecía que la niña defendiera a muerte al inútil de Deku, siempre ignoró a su amiga y siguió neciamente molestando al pequeño Midoriya pero ese día toda la rabia que había guardado explotó en la persona que menos se lo merecía, a aquella que había estado para él en todos sus pequeños conflictos de niño, a aquella a la cuál la había querido secretamente con toda su alma ahora se encontraba llorando por su culpa. Sin embargo la terquedad y su dignidad no le permitían disculparse, no quería disculparse, estaba ciego de ira y en ése momento sólo deseaba explotarles la cara a ambos niños. Hubieron gritos y reclamos por parte de ambos, hasta que se pasaron de la raya.

-¡Tú no eres una buena amiga! ¡No haces lo que te digo! ¡Así que lo repetiré sólo una vez más!- el rubio hizo una pausa para tomar aire y soltar la amenaza que le lanzaría a su amiga- ¡Muévete o te explotaré el trasero estúpida!

-¡No! No voy a dejar que lastimes más a Izuku ¡Incluso si eso significa dejar de ser tu amiga!- lo último le costó pronunciarlo, sabiendo que en el fondo de su inocente corazón, lo último que deseaba era que su amigo le confirmara la leve sospecha de que de verdad él no quería ser su amigo. Pero debía hacerlo, ya que si se movía y hacía caso a las órdenes de Katsuki, él desahogaría toda su ira encima del pequeño Izuku. Ella no podía permitir que éso pasara.

-¡No necesito ningún amigo, mucho menos a una niña mimada que llora ante el más mínimo raspón!- Explotó el rubio, y no midió sus palabras a la hora de dirigirse a la pobre niña- ¡Eres la niña más cobarde que nunca he visto, sólo eres una  molestia para todos INCLUSO HASTA TUS PADRES TE ODIAN! ¡No te necesito, no necesito a nadie y me importa muy poco que no quieras ser mi amiga! Te puedes quedar con tu noviecito miedoso, apuesto que serán un par de llorones inútiles y débiles que no podrán lograr ser héroes de verdad ¡NUNCA!

-¡Pues lo has dejado claro! No te voy a volver a molestar, pero...- la de ojos turquesa tomó todo el coraje que le permitía su corazón aplastado por el ojos carmesí, no dejaría que viera que en verdad la habían calado sus palabras porque si algo le enseñó el mismísimo Katsuki era que a los villanos no había que mostrarles los puntos débiles- ¡VUELVE A TOCAR A IZUKU Y TE VAS A ARREPENTIR IDIOTA!- ella lo había dicho de la manera más intimidante posible, incluso hizo flaquear la confianza de Bakugo, pero solamente hizo que su ira incrementara de manera descomunal ante la amenaza inesperada de la castaña. 

Nuca la había visto tan molesta, tan amenazante y tan testaruda; todo aquello había sorprendido al niño pero todo sentimiento diferente a su furia era opacado por ésta misma. Vio cómo la niña levantaba al pequeño Izuku que estaba paralizado al ver a los que consideraba sus amigos pelearse de una manera tan brutal, que a vista de cualquier persona mayor, parecía cualquier discusión mínima de niños de 8 años, pero para ellos marcaba una gran diferencia en un antes y un después. Ella se marchó de la mano del peliverde mientras Katsuki explotaba por segunda vez con su mejor amiga.