Todo OK

1K 63 0
                                        


Aunque no tenía demasiado apetito, me obligué a sentarme junto a ella y desayunar un poco.

En esos momentos me sentía avergonzada por mi comportamiento, aunque también seguía dolida.

-¿Quieres más café, profe? - me ofreció Jess con una amabilidad poco habitual en ella.

-No, gracias, está bien así.

-¿Todo ok?

-Sí, sí, de verdad.

El servicio de habitaciones se había esmerado esa mañana, y teníamos a nuestra disposición todo tipo de frutas, zumos naturales, dulces exquisitos, platos calientes, delicatessen exóticas...menudo derroche.

Mientras daba un sorbo a mi café, reflexioné sobre lo ocurrido durante las últimas horas.

Recordaba mi nerviosismo de la noche anterior, ante la idea de pasar la noche juntas por primera vez.

Después, habíamos vivido unas horas muy intensas y placenteras... aunque también muy diferentes a lo que había imaginado.

Y después de eso...

Pensé en el sobre lleno de billetes, y eso me hizo torcer el gesto.

Toma tu dinero, puta.

En ese momento dejo de parecerme un juego divertido y se convirtió en otra cosa.

En algo que me había afectado hasta el punto de pensar seriamente en abandonarla.

Y ahora aquí estábamos, desayunando juntas, como si no hubiera pasado nada.

Yo no puedo soportar esto...Estos cambios, estos altibajos... Muchos días así, y me volveré loca.

Este tipo de montaña rusa emocional era demasiado para mí.

Antes de conocer a Jessica, estaba acostumbrada a un tipo de vida más tranquila, más previsible...Sin embargo ahora todo se había vuelto demasiado intenso, demasiado extremo.

Además, odiaba perder los nervios de esta forma. No me gustaba montar escenas, como, en fin, la que acababa de montar.

No, yo no era de esa clase de personas. Necesitaba recuperar el control de mis emociones, necesitaba...

-No estás muy habladora esta mañana, profe - dijo Jess, interrumpiendo el curso de mis pensamientos.

-Tienes razón, lo siento... Es que aún estoy un poco...- hice un gesto indefinido con la mano.

-Estás mal...Y todo por mi culpa. - afirmó con seriedad.

-Bueno...

-¡Sí, sí, es culpa mía!- Exclamó. Se levantó de su asiento y se puso a dar vueltas por la estancia mientras hablaba. - Estoy pensando que...en realidad, aun nos estamos conociendo, y bueno, hoy he descubierto que tú eres una persona...muy sensible.

La miré fijamente, tratando de descifrar sus palabras. Ese sensible había sonado como si quisiera decir débil.

¿Estaba siendo condescendiente conmigo?

-Quiero decir, antes habíamos hecho otras cosas juntas... Otros juegos...Y no te mostraste tan ofendida, de hecho, te gustaron. - me miró, desafiante.

-Jess, ya sabes que entonces, hice lo que hice... por tu chantaje. -Dije en voz baja.

-Sí, bueno, ese tema ya está zanjado. - hizo un gesto impaciente con la mano, apartando sus responsabilidades delictivas como si se tratara de un mosquito molesto.

-Y la mejor prueba de eso es que...sigues aquí. Conmigo. - Sonrió, sentándose de nuevo frente a mí. - A pesar de que ya no tienes nada que temer, sabiendo que puedes irte cuando quieras... ¡Sigues aquí, a mi lado! Y eso es maravilloso...

Si tú supieras lo cerca que he estado hoy de abandonarte, no sonreirías tanto.

-En fin, que me he dado cuenta de que yo soy de otra forma, veo que soy más...dura, que tengo un carácter más... fuerte. Menos emocional.

¿He oído bien? Pensé.

-Y bueno, quiero decirte que, de ahora en adelante, trataré de adaptarme mejor a tus...necesidades, a tu sensibilidad. - concluyó, con una sonrisa, su sonrisa especial para hablarle a una niña pequeña. El hecho de que me estuviera tratando así era algo que odiaba enormemente.

-Te...lo agradezco...- murmuré, dándole otro sorbo a mi taza de café. Podía sentir la ira creciendo en mi interior. Pero eso era bueno, mejor sentirse enfadada que triste.

¿Pero de qué va esta niñata? Me dije. ¿Me trata como a una puta y ahora me perdona la vida?

¿Y hablas de mi sensibilidad? ¿Te crees que soy una marioneta a la que puedes manejar, maltratar y luego reparar con un par de palabras amables?

-¡Bien, me alegra que lo hayamos aclarado!- Se levantó de nuevo. Dio un par de pasos y se giró hacia mí.

-De todas formas, ¿Seguro que no quieres quedarte el dinero? Podrías donarlo a la caridad, a los huerfanitos...

-Jessica...- le advertí, con el ceño fruncido.

-¡Vale, vale! Era broma, ya paro...- me miró sonriendo de nuevo. -Buen rollo, ¿Vale? - Permanecí un momento en silencio, mirándola, parapetada tras mi taza de café.

- ¿Todo ok? - dijo.

Conque te crees más fuerte que yo...te vas a enterar...- pensé para mis adentros.

Le devolví la sonrisa, ocultando mis verdaderos sentimientos.

-Claro, Jessica...Todo ok.

Jessica y BeatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora