Cuando antes los días pasaban simplemente con Yoongi escuchando el mismo maldito cuento y Taehyung quejándose de que fuese a verle, todo era mucho menos incómodo para el mayor, que lleva un mes besuqueándose de forma constante con ese hermoso niño.
Para Yoongi es algo precioso y especial, los labios del de rizos azabaches son tan dulces que siente que ni el más rico de los pasteles sabrá de esa forma, pero para Taehyung es un dolor de entrepierna constante, tener al pelinegro solo besándole es una tortura que está empezando a dejar de disfrutar.
El menor no entiende que su mayor no es virgen, que tiene unas necesidades básicas y que removerse en su regazo mientras se besan no es agradable para él, pero está dispuesto a esperar para hacerse con su primera vez.
Aunque ahora mismo le está costando mantener las manos quietas, tan apretadas en su cintura para no bajar a su trasero que Yoongi debe separarse porque le está doliendo.
- Taehyung – Dice el menor - ¿Pasa algo?
- Nada – Responde con el rostro neutro.
- ¿Y por qué me aprietas tanto? – Ladea la cabeza, confuso.
- Para no tocarte el culo – Suelta sin pensar.
Yoongi siente que la cara le arde, aunque la expresión en el rostro de Taehyung es neutra, en sus ojos se puede ver una asombrosa lujuria contenida que le atraviesa el alma y le hace jadear levemente.
- P-puedes hacerlo – Susurra desviando los ojos – N-No hay problema.
- No sé si podré contenerme – Acerca su rostro, mezclando respiraciones – Todo tú me pide a gritos ser devorado por mí.
Los labios chocan con hambre, las lenguas entran en acción enseguida, Yoongi se abre de piernas para dejar cada una al lado del cuerpo del mayor, que gruñe en mitad del beso cuando su dolorosa erección es presionada con el trasero del menor, que instintivamente se mueve contra ella, jadeando por ello.
Sin poder evitarlo ni un minuto más, baja sus grandes manos y atrapa las nalgas de Yoongi entre ellas, estampándolo de nuevo contra su regazo, moviéndolo contra él de forma absolutamente dominante.
La entrepierna del menor vibra, expectante por ser tocada y mimada, él no se había planteado hasta ese momento que podían pasar a hacer algo más.
Pero como todo lo bueno en esta vida es interrumpido, las puertas del salón se abren y HyungSik con cara de preocupación les corta el momento, inclinándose hacia el brujo que con disgusto sienta de forma correcta a un Yoongi muerto de vergüenza que esconde su rostro entre sus manos.
- Mi señor Taehyung – Su voz es temblorosa – E-Están buscando al príncipe Yoongi.
- ¿Quién lo busca? – Pregunta con voz grave.
- Su padre – Responde nervioso.
Yoongi retira sus manos y abre mucho los ojos, levantándose rápidamente del regazo de Taehyung para alejarse, negando con la cabeza.
- ¿Está aquí? – Pregunta preocupado, sintiendo la presencia de Taehyung detrás.
- No, lo buscan por el bosque, me lo han contado mis animales encargados de vigilar – Responde jugueteando con sus manos – Últimamente viene demasiado seguido y parece que el rey Seokjin quiere saber a qué se dedica en el bosque.
- Si siempre he venido con la misma frecuencia – Susurra sin entender nada.
- Pero apenas te quedabas unos minutos, 30 a lo máximo – Interviene Taehyung – Hoy llegaste hace tres horas.
Lleva una de las manos a su boca para taparla por la sorpresa, golpeándose mentalmente por ser tan descuidado.
- M-Me tengo que ir – El menor se vuelve, agarrando su abrigo – N-No volveré en unos días, tengo que disimular.
Taehyung simplemente asiente, dejando un beso en su frente para verle marcharse a toda velocidad, furioso en su interior porque su hermano no deja de joderle la vida ni un solo minuto, ni cuando le está olvidando puede dejar de aparecer para fastidiar todo lo que entretiene y anima.
- Mi señor – Llama HyungSik – Debería ir a hacer el ritual, lo ha postergado demasiado.
- Tienes razón – Asiente, despeinándose la cabellera rizada – Vayamos al lago.
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Yoongi es terriblemente regañado por Jin que lo esperaba convenientemente cerca del castillo, confirmando las sospechas de que iba a visitar a su tío, por suerte no se imagina lo que estaban haciendo en el trono.
Con su corazón latiendo con fuerza y andando con la cabeza agachada con la compañía de los tres hados, recuerda lo bien que se ha sentido ser agarrado de esas formas y restregado contra la erección del mayor, queriendo sentir mucho más, lo necesita en cada parte de su ser.
Jin sin embargo, se da la vuelta, adentrándose solo en el bosque, siente la presencia de su hermano un poco lejos de allí.
Llega al lago y siente su entrepierna vibrar cuando lo ve desnudo dentro del agua, teniendo la misma necesidad que su hijo, deleitarse viendo el espectacular cuerpo de ese hombre hermoso, que parece brillar bajo el sol.
- Vete – Responde Taehyung sin mirarle.
- Deja en paz a mi hijo – Gruñe desviando la mirada de su fuerte espalda – Le acabarás haciendo daño.
- Por suerte no compartimos sangre, así que no he heredado eso de ti – Dice burlón.
- Lo estás confundiendo, solo es un niño – Ruega, apretando los puños – No hagas que Yoongi también se enamore de ti.
- ¿También? – Pregunta con ironía – No me fastidies, hermano.
El mayor suspira, sintiendo un latido traicionero cuando Taehyung se vuelve y le mira de forma directa a los ojos, inmovilizándose una vez más, como siempre pasaba cuando conectaban miradas.
- Yoongi solo viene de vez en cuando a hacerme compañía, nada más – Sentencia de forma seria – Es mi sobrino y me visita para que no me sienta solo, no saques conclusiones precipitadas de donde no las hay.
A su hermano le gustaría demasiado creerle, pero le conoce mejor que nadie, detrás de ese rostro puramente neutro hay un brillo de felicidad que él mismo tuvo el placer de presenciar para sí mismo durante más de 30 años, debe pensar algo para que su hijo no se enamore de él.
El problema que tiene Jin, es que Yoongi está más que enamorado ya.
