La casa donde los tres hados madrinos llevan a Yoongi es encantadora, completamente de madera, con cuatro habitaciones, una gran cocina, un pequeño laguito al lado donde podrá jugar, aunque sea solo, dos cuartos de aseo.
Los tres mayores miran como su ahijado tiene la mirada perdida desde su ventana, mirando a lo lejos las torres del castillo de Taehyung que se pueden visualizar, un brillo de nostalgia en sus orbes que brillan con fuerza, su labio mordido y un aura de pena que lo rodea por todo él.
- Su majestad – Dice Hoseok con timidez - ¿Necesita algo?
- A Taehyung – Solloza el menor.
- Pronto se arreglará – Jimin acaricia la espalda del príncipe – Se lo ha prometido, solo tiene que tener paciencia.
- Contadme por qué le mentís a mi padre – Gira su rostro hacia los hados – Yo pensaba que erais amigos de ambos.
- Y lo somos – Asiente Eunwoo, tomando asiento en una de las sillas de la habitación – Amamos a tu padre y su hermano, tenemos prácticamente la misma edad, pero el rey no lo ha hecho bien nunca, eso nos obliga a ayudar a Taetae.
- Mi padre... - Piensa detenidamente sus palabras – Él solo se vio demasiado joven frente a la necesidad de su pueblo y la suya misma, no es alguien malvado.
- Ciertamente no lo es – Admite Jimin – Pero podrían haber reinado juntos, a nadie en el pueblo le habría extrañado, solo que tu padre no supo gestionar las cosas.
- Si eso hubiese ocurrido, yo no estaría en el mundo – Agacha la cabeza, con derrota – Me alegro de que no pasase, pero sé que mi padre ha tenido que sufrir muchísimo y que hay cosas que guarda solo para él, sin compartirlas con nadie, eso le consume lentamente, si tan solo confiase en mí.
- Eres lo más valioso que tiene – Sonríe Hoseok – Aunque también sabes que lo que siente por Taehyung jamás ha sido familiar.
Un latido desgarrador se forma en su pecho, de eso es consciente, entiende que quiere protegerle, pero no sabe a qué nivel esto ha pasado de ser protección a celos injustificados.
- ¿Tú sabes quién es Ahn HyeJin? – Pregunta Eunwoo.
- Sí, es la maléfica original – Asiente el príncipe.
- Y la madre de Taehyung – Sentencia Jimin – Eso también lo sabe él, lo que nunca nos dijo es como mierda lo pudo averiguar.
El menor se queda completamente en shock, esa es una información demasiado gorda como para asimilarla de golpe.
- ¿Cómo es posible? ¿No estaba desterrada? – Pregunta en mitad de la sorpresa.
- Esa es la versión que tenemos todos – Asiente Hoseok – Pero me parece que a estas alturas de la historia debemos plantearnos que hay muchos más secretos de los que no somos ni un poco conscientes.
Yoongi se queda pensativo, volviendo a mirar por la ventana, añorando a su amado, con ganas de que lo encuentra y puedan estar juntos libremente durante unos momentos, sin tener que esconderse, pudiendo mostrar su amor sin miedo a ser atrapados por nadie.
Taehyung en su castillo, observa apenado la cara de tristeza de su menor, aunque hayan intentado esconderlo de él, ha sido imposible.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hay tantos secretos en ese reino, que uno de ellos tiene que ver con los dos hermanos herederos, encontrándose de nuevo en mitad de la noche como tantas veces han hecho, solo que esta vez, no es precisamente igual que las anteriores.
- Hermano – Dice Taehyung, apoyado en la columna de una de sus torres.
- ¿Cómo has podido? – Pregunta el mayor, con los ojos infestados de lágrimas – Te has acostado con mi hijo, sabiendo que tú y yo...
- No es mi problema que vinieras a buscar consuelo en mí cuando tu marido se iba a follarse a otras personas – Comenta indiferente – Es tan patético que te haya ganado tu propio hijo porque tu jamás tuviste valor para enfrentarte a nada.
- S-Se supone que tú me amabas – Solloza, llevándose las manos al rostro.
- Lo hacía, por eso me he pasado tanto tiempo consolándote, amándote en silencio y llevándote al cielo a escondidas cuando te sentías solo – Sus esmeraldas orbes se desvían a donde tienen a Yoongi – Ahora me he enamorado de nuevo de alguien en quién confío plenamente.
- Podría ser hijo tuyo – Le dice Jin.
- No lo es – Sonríe ladino el menor – Las ninfas del lago me lo confirmaron.
- Me vas a obligar a hacer algo que no quiero, Taehyung – El labio del mayor tiembla, sus puños se aprietan con rabia – Prométeme que dejarás a mi niño y te irás de aquí, entonces no lo haré.
- Hermano – El menor se incorpora, andando lentamente hacia el rey – Por el amor que te he tenido y el que le tengo a mi príncipe no te mato aquí mismo, pero vuelve a amenazarme, no dudaré ni un segundo en hacerlo.
Los negros orbes de Jin ven cómo la gran mano de Taehyung retiran sus lágrimas, su rostro se relaja y es envuelto entre los brazos de su menor, deshaciéndose en un llanto fuerte en mitad de la noche, sin ningún testigo.
- Te amo – Llora Seokjin, derrotado.
- Lo sé – Taehyung acaricia su espalda – pero yo no.
Esas palabras atraviesan el corazón del mayor, consumiéndolo de forma abrumadora, invitándole a vengarse del amor perdido de su hermano, las palabras de la bruja acudiendo raudas a su cabeza, una sonrisa ladina en el rostro de Taehyung que no ve por estar abrazado.