Taeleficent ❣ TaeGi

𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖉𝖔𝖘

Las grandes manos del brujo acunan el rostro sonrojado de su príncipe, ambos mirándose con la devoción que acostumbran, los dos tumbados, desnudos después de haberse unido tal vez por última vez, las lágrimas de frustración que llegan a los orbes negros del menor, siendo retiradas por su amado.

- Confío en ti – Solloza – pero dime qué va a pasar.

- Es mejor que no – Niega levemente – Podrían cogernos si tú sabes qué ocurre.

- No lo harán, no puedo dejar que lo hagas todo tú solo – Ruega, cerrando los puños en su pecho desnudo – Déjame ayudarte, confía tú también en mí.

Los ojos del menor no le mienten, sabe con solo mirarlos que podría confiar su vida a su pequeño y no la perdería, solo suspira, rindiéndose a su petición.

- Me han hechizado – Explica con tranquilidad – Mañana me pincharé con el huso de una rueca y me sumiré en un sueño de muerte eterna.

Yoongi abre los ojos con sorpresa y pánico, negando fervientemente, incorporándose de un golpe, con las manos en su cabello, un pequeño ataque de ansiedad recorriéndole el cuerpo, le cuesta respirar.

- Por suerte el idiota que tienes por padre – Le dice, incorporándose él también – Ha añadido una manera de romperlo – Abraza su cintura, apoyando su barbilla en el hombro ajeno – Podrás despertarme si me das un beso de amor verdadero.

- No me van a dejar – Solloza, llevándose las manos al rostro – Harán lo imposible para que me mantenga lejos de ti.

- Lo sé – Suspira, derrotado – Por eso te vas a pinchar tú.

El príncipe baja sus manos, girando el rostro para mirar a su amado, que está sorprendentemente tranquilo, dedicándole una pequeña sonrisa.

- ¿Yo? – Pregunta sin entender.

- Cuando sea el momento indicado, evitarás que yo llegue a pincharme, sumiéndote en ese sueño eterno – Su voz es tan tranquila, que podría sumirle en un lindo sueño – y yo, cuando lo vea conveniente, te despertaré.

- ¿No lo harás en el mismo momento? – Susurra en bajito, apenado.

- Nunca podré ser feliz contigo si no me vengo de tus padres – Explica con dulzura – Necesito entregarles al menos un poco de lo me dieron ellos a mí – Su mano aparta con lentitud los cabellos que cubren sus ojos – Le prometí a tu padre que le arrebataría lo que más ama, y eso, no eres nada más que tú y nuestro bebé.

Por inercia las manos del príncipe se van al vientre, se encontraba raro, pero no tenía ni la menor idea de que podía ser eso, una sonrisa hermosa se esboza en su rostro, sintiéndose feliz por tener un hijo de Taehyung dentro de él.

- No te dejaré nunca, mi príncipe – Con cuidado, el brujo le recuesta en la cama, situándose encima de él – Al menos debes darme unos meses en los que Kim Seokjin sufra tantísimo como lo he hecho yo por 150 años, y entonces, te daré el beso más dulce y verdadero que jamás llegue a darte.

- Te amo, mi rey – Sonríe el menor, acariciando su rostro – Esperaré lo que haga falta, sé que volverás a mí.

- El anillo que deje mañana en tu mesita será la prueba de ello – Acerca su rostro, quedando a milímetros del de su amado – Yo llevaré uno igual manteniendo nuestra promesa, así jamás estaremos separados.

- Haneul si es niño – Susurra Yoongi – MyeongSuk si es niña.

- Cielo – Sonríe Taehyung – Luz pura.

Una última sonrisa es asomada entre los labios rosados del príncipe antes de que se fundan en un beso que dice muchas cosas, que afianza esa promesa que han hecho, su amor reforzándose un poco más si era posible.

Con delicadeza el brujo se abre paso entre las piernas del pelinegro, ayudado por los restos de su esencia, apretando el agarre en su cintura, recoge el gemido delicioso que corta el beso que ha sellado un futuro juntos, la extensión del castaño da sin vacilación sobre el punto dulce de su amado.

Las uñas roma del príncipe se clavan en sus hombros al ser penetrado con fuerza, haciéndole arquear la espalda cuando los dientes se cierran en su delicada piel, dejando varias marcas que se encargará Taehyung de que no desaparezcan en todo su largo sueño.

La velocidad de las embestidas sube, toda la habitación se llena de los gritos desproporcionados del menor que se entrega una vez en cuerpo y alma a su amante, entregándoselo todo, hasta la capacidad de hacer lo que quiera con su destino, sin plantearse si quiera que pueda perder la vida esperando a que el mayor le devuelva a ella, no le importa, todo sea por Taehyung.

- Te amo – Susurra el mayor.

Lágrimas cristalinas, mezcla de pena y emoción recorren el dulce rostro del príncipe que se deja ir en un poderoso orgasmo, que arrastra al brujo con él, llenando una vez más su interior con su esencia.

Una de las manos del brujo se posa sobre su vientre, una tenue luz verde sale de ellas, el interior del príncipe se siente cálido, protegido, le da un poco de cosquillas incluso.

- Gracias a este hechizo, nuestro bebé crecerá sano y fuerte – Explica el mayor, saliéndose de él – No le ocurrirá nada mientras tú estés dormido.

- Taehyung – Sonríe, sonrojado y emocionado – Te amo, por ahora y siempre.