El menor se da la vuelta para ignorar a su hermano, está en mitad de su ritual y no puede importarle menos, si se tratase de Yoongi la cosa sería diferente, por supuesto.
- ¿No tienes pensado irte? – Pregunta ladino.
- Cuando me prometas que no utilizarás a mi hijo – Los ojos de Jin se desvían irremediablemente al culo precioso de su hermano – No quiero que sufra.
- No va a sufrir – Responde neutro – Además, a lo mejor tengo que comentarle que su padre le mira el culo a otro.
Jin siente su rostro explotar de vergüenza, abriendo y cerrando mucho la boca por lo que ha dicho Taehyung, aunque este solo sigue a lo suyo, completamente divertido.
- Fuera – Acaba gruñendo cuando ve que no se marcha – Me aburres, Kim Seokjin.
- ¿La otra vez casi me besas y ahora esto? – Pregunta indignado - ¿Qué ha cambiado?
- Que me he cansado de ti – Escupe girándose con molestia.
Los orbes esmeraldas de su hermano brillan con furia mientras le mira, estremeciéndole cuando parece ver fuego en ellos, sin poder descubrir el brillo de nostalgia y amor que siempre pudo encontrar.
Suspira y se gira para desaparecer de allí, totalmente molesto por no obtener nada válido de la conversación con Taehyung más que una espléndida vista.
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Mientras Yoongi mira al techo de su habitación, suspirando entre enamorado y aburrido porque hace días que no va a ver a su mayor, Taehyung lo observa entretenido por ver cuán inocente y tierno puede llegar a ser.
El menor se asusta cuando el castaño aparece en su cama, teniendo que taparle la boca para que no grite, Yoongi se sonroja con fuerza cuando enseguida la mano se aparta y la sustituyen los labios del mayor, que atacan los suyos, posicionándose encima de él, colándose entre sus dos piernas.
La lengua traviesa del mayor se mete en su boca, buscando la suya, domándola, sus manos agarran de forma dura su cintura, deshaciendo a Yoongi en leves gemidos entre besos.
- Hola, princesito – Ronronea Taehyung cuando se separan – He venido a darte un beso de buenas noches.
- H-Hola – Susurra avergonzado.
- Llevamos muchos días sin vernos – Dice en bajito, besando su mandíbula - ¿Qué te parece si te secuestro?
A Yoongi no le da tiempo a responder cuando se encuentra en una habitación que desconoce, en la misma posición en la que estaba antes de aparecer ahí, es negra, tiene una lámpara de araña negra, las cortinas son de un precioso verde esmeralda, la ventana es gigantesca y se puede observar el bosque.
Sus pensamientos se nublan cuando los besos del mayor bajan a su cuello, estremeciéndose, en especial al introducirse las manos dentro de su pijama, regalándole un gemido precioso que recoge feliz.
- ¿Preparado? – Pregunta con voz melosa, mordiendo levemente su clavícula.
- ¿Para qué? – Está aterrado, sabe a la perfección a qué se refiere.
- Para entregarte a mí – Responde con seriedad, subiendo a mirar su rostro – Vas a ser finalmente mío, Yoongi.
Su respuesta es un gemido vergonzoso producto de su pezón apretado con demanda, seguido de otro cuando de repente, ninguno de los dos está vestido, queriendo morirse a partes iguales por su desnudez y la del mayor.
- Ser un brujo tiene sus ventajas – Ríe malicioso, bajando al pezón – No tengo que entretenerme en desvestirte.
- P-Pero – Gimotea mientras ve como la lengua de Taehyung lame su pezón erecto.
- Silencio – Demanda subiendo sus ojos – Me he cansado de esperar.
Sus dientes se cierran sobre el pezón, arrancándole un gemido que retumba por toda la habitación, su mano agarra el miembro del menor, bombeándolo y llenándole de nuevas sensaciones.
Su otra mano, traviesa, acaricia su cuerpo hasta llegar a su objetivo, acariciando por fuera la entrada que siente retorcerse solo por el roce, volviendo a morderle el pezón con demanda cuando introduce el primer dedo, encendiéndose por momentos cuando ve las primeras lágrimas acumuladas en sus ojos.
El dedo entra y sale con lentitud, el flujo se acumula en él, desesperando al mayor que siente morirse por entrar ahí, abandona el pezón para bajar hasta el miembro que gotea pre semen, lamiendo las gotas que salen por la punta, relamiéndose al ver la hermosa cara rota de placer de Yoongi que tímido, lleva su mano al cabello de Taehyung, invitándole en silencio.
Da una última lamida antes de engullir la polla del pelinegro, ahuecando las mejillas para tener más acceso, introduciendo n segundo dedo, sonriendo ladino cuando su cabello es atrapado en un puño.
Una embestida en su garganta al arquear la espalda le avisa de que ha tocado en el punto buscado, moviendo con prisa sus dedos, recibiendo encantado las estocadas en su boca producto de las convulsiones que tiene Yoongi por el placer al que le somete, totalmente encantado de tenerle así.
- T-Taehyung – Gimotea el menor – Mmgh ~
Ha decidido que es el momento, la paciencia se acaba de esfumar. Saca sus dedos y abandona su miembro, abre las nalgas para tener mejor acceso y comienza a enterrarse, atrapando sus labios para recoger los gemidos que le pertenecen.
Las lenguas danzan entre ellas, los brazos del menor rodean su cuello, el punto dulce de Yoongi embestido sin compasión.
Es una sensación de dolor y placer que le está llevando al cielo indudablemente, se siente dichoso porque ese hombre hermoso esté tomando por primera vez todo de él, ya no tiene nada más que entregarle.
El ritmo de las penetraciones se vuelve insoportable y Yoongi tiene que separarse para poder gemir y respirar a la vez, su espalda se arquea, sus manos tiran de los cabellos de Taehyung, éste volviéndose loco al verle tan roto por el placer, los latidos peligrosos de su corazón por no haber visto nunca nada más hermoso.
La última tanda de estocadas llena ambos abdómenes de la esencia de Yoongi y la entrada del semen de Taehyung, opacando cada centímetro de ella.
Ahí se quedan, unidos como uno solo, comiéndose a besos mientras el castaño se sigue moviendo lentamente, solo les faltaba esto para estar completamente unidos, enlazados y terminando de cumplir el castigo que la vida tenía para Kim Seokjin.
Porque su hijo también puede engendrar descendencia.
