𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘é𝖎𝖘

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Tres insoportables semanas en esa pequeña cabaña perdida de la mano de todo Dios, solo con la compañía de esos adultos que parecen niños, todo el día jugando, riéndose y haciendo tonterías, ni sus padres han querido acompañarle a ver siquiera como está, mucho menos su amado del que no tiene ninguna noticia.

Al menos que Yoongi esté consciente.

Taehyung observa constantemente a su niño, esperando paciente a que su hermano dé el paso que falta para exponerlos, está todo tan tranquilo que casi podría acostumbrarse de nuevo a eso, como ha estado los últimos años antes de que su príncipe fuese a interrumpir en su vida.

Una sonrisa llena de ternura opaca su cara, dándole a entender que es imposible vivir ya sin Yoongi, es probablemente lo mejor que le ha ocurrido en toda su larga y tormentosa vida, la única luz que ilumina su oscuro camino.

Aunque su ceño se frunce cuando le ve mareado, yendo al aseo por tercera vez este día, se muere de ganas de ir a acunarle entre sus brazos después de llorar por los vómitos, también por decirle a los tres idiotas madrinos que dejen de darle pasteles por mucho que los pida, sus mejillas están más regordetas que de costumbre, aunque admite que se ve jodidamente tierno.

Entonces una luz se prende en su cabeza, levantándose con apuro de su trono para colocarse con elegancia su abrigo de plumas negras brillantes, peinándose con los dedos sus cabellos azules, dispuesto a salir disparado al lago.

Cuando llega, las ninfas a sus órdenes le reciben con una reverencia, mirándolas incluso con miedo por la pregunta que está a punto de hacerles.

- Necesito que comprobéis a mi príncipe – Demanda con voz ronca – Sospecho que está enfermo.

- Ahora mismo, mi señor – Dice una de ellas, que desaparece en ese instante.

Los minutos que pasan se le hacen eternos, dando tantas vueltas que podría cavar su propio hoyo por hacerlo, un latido que resuena en su pecho cuando la ninfa vuelve, con claro nerviosismo en sus bellas facciones.

- Nuestro príncipe está en estado, mi señor – Comunica con voz temblorosa.

El arroyo de emociones lo invade, miedo, pánico, locura, felicidad, todo a la vez, su amado niño está esperando un hijo fruto de su amor, del que claramente aún no es consciente, ni debe serlo, por lo tanto, su plan debe dar marcha en este momento.

- Quiero que protejáis la cabaña – Ordena – Sólo yo puedo entrar y salir, aunque mi hermano vaya a comprobar lo que ocurre con su retoño, él, como yo, sabe perfectamente donde se encuentra.

- Así será, mi señor – Responden todas las ninfas a la vez.

Entonces, en mitad de la reunión del consejo que se tiene ese día en el castillo, con todos los nobles discutiendo de cosas que no tienen nada de interés para ambos reyes, Kim Taehyung aparece en mitad de la sala, sonriendo en grande, de forma victoriosa y maliciosa, sorprendiendo a todos.

- Ya estoy aquí – Dice, dando una vuelta sobre sí mismo – He llegado tarde, pero llegado.

- ¡¿Qué mierda haces?! – Grita Seokjin fuera de sus cabales – Tienes prohibido venir al castillo.

- También era mi casa – Hace un puchero, fingiendo inocencia – Sólo he venido a recordarte cierta promesa que hice hace exactamente 21 años.

- ¡Va a atentar contra la vida del rey consorte! – Dice uno de los nobles, aterrado.

- ¿De verdad es ese señor lo que más ama mi hermano? – Pregunta el peliazul, con una ceja arqueada – Si tanto le amase no se le habría ocurrido entregarse a mi durante todos sus años de feliz matrimonio.

Los colores se marchan de la faz del rey, que se siente desfallecer en ese momento, sin poder creerse ni un poco que su hermano haya sido capaz de decir tal cosa.

- Tranquilidad – Mueve las manos con sorna – El rey consorte también ha tenido algún que otro encuentro desvergonzado con alguien.

- Para – Amenaza Namjoon, levantándose de su sitio – Estás solo frente a muchos brujos, no saldrás vivo de aquí.

- No me llegáis ni a la suela de los zapatos – Ríe en alto – He venido con la intención de que le preguntéis a vuestros reyes que esconden detrás del retrato de mis difuntos padres falsos, esos que me adoptaron en mitad del bosque, aun sabiendo de quién me trataba.

La sala se queda en completo silencio, los reyes están a punto de morir de un infarto por la confesión de Taehyung.

- ¿C-Cómo es posible? – Pregunta Seokjin, deshecho en lágrimas - ¿Cómo lo sabes? ¿Por qué no has dicho nunca nada?

- Estaba pacientemente la hora de mi venganza – Se encoge de hombros – Que por fin ha llegado – Se echa el cabello hacia atrás, mostrando una sonrisa aterradora – He vivido por más de 150 años con la única intención de vengarme de ti Kim Seokjin, y ahora, tengo todo lo necesario para hacerlo.

Un escalofrío recorre la espalda del mayor, pensando automáticamente en su pequeño y lindo retoño, ese que está escondido en la cabaña, la cual se piensa que Taehyung no sabe dónde se encuentra, teniendo que protegerle a toda costa.

- Acabaré de una vez por todas contigo – Amenaza el rey, arrebatándose las lágrimas de forma furiosa para ponerse de pie – Sólo me has traído desgracia y dolor.

- Que gane el mejor, hermano – Ronronea Taehyung, para desaparecer segundos después.

Mientras el castillo se sumerge en un furioso caos ante las declaraciones del antiguo príncipe del reino, un pelinegro deprimido y hormonado hasta las orejas se sumerge en su pena de amor por estar lejos de su amado, dando vueltas en la cama con l...

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Mientras el castillo se sumerge en un furioso caos ante las declaraciones del antiguo príncipe del reino, un pelinegro deprimido y hormonado hasta las orejas se sumerge en su pena de amor por estar lejos de su amado, dando vueltas en la cama con la esperanza de verle pronto.

Su deseo parece hacerse realidad en el momento en el que la anatomía de Taehyung aparece a los pies de su cama, no tardando ni cinco segundos en tirarse encima de su mayor, abrazándose a su cuerpo de forma posesiva, siendo recibido feliz.

- Mi príncipe – Susurra Taehyung con dulzura.

- Mi rey – Responde el pelinegro, con las mejillas espolvoreadas de un lindo rojo.

Sus labios se encuentran en un beso dulce, sus cuerpos pegándose al contrario, tanta añoranza en una acción tan simple como el hecho de juntar dos labios de dos personas que se aman con fuerza.+

Taeleficent ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora