Capítulo 4: Miradas.

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Que vergüenza por dios, todo el mundo me miraba. Sentí como me sonrojaba del tirón. Hasta vi de reojo que el chico que iba delante mía me miraba. Lo miré. Espera, ¿Dani?

-Hola ____.- me sonrió feliz. Se acercó y me abrazó. Tuve que corresponderle el abrazo por cortesía. Vi como ya todo el mundo se ponía a hacer sus cosas y dejaban de mirarme.

-Hola Daniel.- sonreí forzosamente, pero sonreí.

-¿Qué haces aquí sola?

-Bueno, había quedado con unas amigas a y media pero como todavía queda pues decidí comprar un helado.

-Ah vale.

-Siguiente.- dijo la mujer detrás del mostrador.

-Oh, me toca.- se giró a ella y le pidió su helado.- ____, ¿tú que quieres?- me preguntó.

-No, ya lo pido yo en mi turno.- dije.

-Vamos, si es lo mismo.- respondió. Llevaba razón, pero bueno.

-Vale, pues una tarrina mediana de oreo.- la mujer cogió el pedido sin más dilación y se puso a prepararnos lo.

Cuando volvió me entregó a mi lo mío y lo de Dani lo puso en el mostrador.

-Son siete con diez.- dijo. Dani buscó el dinero y se lo entregó. Yo hice lo mismo y se lo iba a dar pero Dani me lo impidió.

-Ya te lo he pagado yo.- dijo.

-Pero...- intenté hablar pero me interrumpió.

-Pero no, no me importa pagártelo.- cogió su tarrina.

-Esta bien.- me callé porque sabía que iba a ganar él.- Bueno, me voy.- dije pero otra vez, me interrumpió.

-No, espera. Quedan todavía cinco minutos, ven a saludar a mis hermanos. Están allí.- alargó la mano y señaló entre toda la gente. Intenté divisarlos y me encontré con la mirada de Jesús posada en mi.

-Em, la verdad, creo que mis amigas están esperándome fuera.

-Oh venga, solo es un segundo.- me miró con cara de pena.

-Está bien.

Empezamos a andar en dirección a donde estaban sus hermanos.

Una vez llegamos Dani se sentó -seguramente queriendo- al lado de Juan Carlos, enfrente de estos dos estaba Jesús. Me tuve que sentar en el único asiento libre, enfrente de Juan Carlos, al lado de Jesús.

-Hola.- saludé.

-Hola.- dijeron Juan Carlos y Jesús al unisono.

-¿Qué hacéis aquí?- pregunté. Luego me di cuenta de que sonaba un poco cotilla.

-Decidimos pasar el fin de semana en tu pueblo.- explicó Juan Carlos.

-Ah, bien.- empecé a comerme el helado con la mini cucharita que venía en este.

Sentía la mirada de Jesús en mi. Lo miré y no apartó la vista.

Escuchaba de fondo a todo el mundo hablar, entre ellos Juan Carlos y Dani.

Nos quedamos durante unos segundos mirándonos mutuamente a los ojos, aunque me parecieron horas.

Gracias -¿o no?- a dios me sonó el teléfono. ¿Y a qué no sabéis que tono tenía de llamada?

Tan solo tú y yo.

Aparté la vista de Jesús muerta de vergüenza y cogí el móvil.

-¿Si?- pregunté.

-____, soy Ángela, estamos afuera del Distinguido. ¿Tú dónde estás?

-Em, dentro. Ahora salgo.

-Venga.- colgué.

-Me tengo que ir chicos.- dije.

-¿Ya?- preguntó Juan Carlos.

-Si, he quedado con unas amigas.- me levanté y le di dos besos a Juan Carlos.- Están afuera.- le di dos besos a Dani. Me acerqué a Jesús pero me interrumpió.

-Te acompaño.

-Es ahí afuera, no está tan lejos.- señalé a la puerta.

-Me da igual.

-Vale, vale.- levanté las manos.- Bueno, adiós.- moví la mano en el aire despidiéndome de Juan Carlos y Daniel. Empecé a andar hacia la salida y Jesús a mi lado.

-Ya estoy aquí.- saludé a las chicas.

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Pues aquí acabó el mini-maratón. ¿Os está gustando la segunda temporada?

No hay nadie como tú ~ Gemeliers y tú. Segunda temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora